Andrés Velázquez: Defendiendo el Capitalismo de Cuates y Excluyendo a la Izquierda en Morena.


Julio Gálvez.

Durante la semana, Andrés Velázquez, candidato a diputado de Morena, fue entrevistado por medios que algunos califican como "chayoteros". En esta entrevista, Velázquez declaró que la izquierda es radical, sugiriendo que por esta razón no es apta para gobernar, pero que la izquierda de obrador no está peleada con el sector empresarial. Esta afirmación es preocupante, ya que parece justificar la inclusión en Morena de políticos oportunistas, conocidos coloquialmente como "chapulines", y la intervención del Consejo Coordinador Empresarial, un ente dominado por Omar Fayad a través de su prestanombres Juan Carlos Martínez.

Velázquez, en su intento de justificar esta exclusión, parece no reconocer que el verdadero problema es la corrupción y el nepotismo. La exclusión de la izquierda en favor de políticos y empresarios corruptos no es más que una estrategia para perpetuar el capitalismo de cuates que el PRI impuso durante décadas. Este modelo económico no se basa en la competencia libre y justa, sino en el otorgamiento de privilegios a unos pocos al amparo del poder.

La crítica de Velázquez a la izquierda, tachándola de ignorante y radical, es discriminatoria y simplista. Se presenta como el salvador de la Cuarta Transformación (4T) frente a los medios de comunicación, defendiendo una visión derechista dentro de un movimiento que, bajo el liderazgo de AMLO, debería ser de izquierda. Esta postura revela una falta de comprensión sobre la realidad económica de Hidalgo, donde no existe un neoliberalismo auténtico, sino un capitalismo de cuates. En este sistema, un reducido grupo de empresarios y políticos se benefician a expensas del resto de la sociedad.

El Consejo Coordinador Empresarial, al que Velázquez hace referencia, es un órgano sometido a los intereses de los poderosos. Esta subordinación es evidente en la forma en que se maneja la economía local, privilegiando a ciertos grupos sobre el bienestar general. Velázquez y su generación de políticos, que ahora se integran a la 4T, buscan mantener estos privilegios, excluyendo a la verdadera izquierda que lucha por un cambio verdadero.

El argumento de Velázquez, que pinta a la izquierda como ignorante y radical, es una táctica para legitimar la corrupción empresarial y política. La propuesta económica que defiende, apoyada por el Consejo Coordinador Empresarial y empresarios corruptos, es un modelo que ya ha fracasado. Los gobiernos del PRI y PAN aplicaron este modelo con resultados desastrosos: concentración de poder y riqueza en manos de unos pocos, y restricciones al libre mercado y la competencia.

Un ejemplo claro es la entrada de Uber a Hidalgo, bloqueada para proteger los intereses de los dueños de taxis, muchos de ellos políticos. Esta decisión demuestra cómo el capitalismo de cuates impide el progreso y la innovación, manteniendo estructuras obsoletas en beneficio de unos pocos. En lugar de abrir el mercado a nuevas oportunidades, se perpetúan monopolios que limitan el desarrollo económico y social.

En conclusión, las declaraciones de Andrés Velázquez no solo son una afrenta a la izquierda, sino una defensa de un sistema económico corrupto y fallido. Su postura refuerza un modelo que excluye a los verdaderos agentes de cambio y mantiene los privilegios de una élite corrupta. La 4T debería ser un movimiento de transformación real, no una continuación del capitalismo de cuates que ha estancado el desarrollo de Hidalgo.