Alonso Quijano.
El segundo debate presidencial en los Estudios Churubusco estuvo marcado por acusaciones feroces entre las principales candidatas, Xóchitl Gálvez Ruiz y Claudia Sheinbaum Pardo. Gálvez la tildó de "corrupta", mientras que Sheinbaum la llamó "candidata del PRIAN". Las propuestas se perdieron entre los ataques personales y las alusiones a casos de corrupción.
Gálvez sacó a relucir casos como la Línea 12 del Metro y el Colegio Rébsamen, además de lanzar acusaciones sobre presuntas irregularidades en empresas vinculadas a Sheinbaum. Por su parte, la candidata oficialista se enfocó en defender su gestión y las políticas sociales implementadas por el gobierno de López Obrador.
A pesar de los intentos de otros candidatos por desviar la atención hacia propuestas y temas relevantes, el debate se vio empañado por el enfrentamiento directo entre Gálvez y Sheinbaum. La ciudadanía esperaba respuestas claras y soluciones tangibles, pero se vio envuelta en un duelo de descalificaciones y ataques personales que dejaron poco espacio para el diálogo constructivo.