Durante 94 años, Hidalgo estuvo sometido a la hegemonía del PRI, que impuso su visión en la política, fabricando líderes y controlando sectores clave de la sociedad mediante el capitalismo de cuates. Este sistema engendró una élite privilegiada, enriqueciéndose a expensas de la corrupción y los prestanombres.
Este fenómeno, caracterizado por la hipocresía y la ausencia de ideales, moldeó la política hidalguense en función de intereses económicos y personales de la llamada "mafia del poder". La implantación del capitalismo de cuates por parte de exgobernadores priistas enriqueció a políticos, empresarios y prestanombres seleccionados, generando desigualdad en la población y un tejido de intereses que ahora parece dirigirse hacia Morena.
La estrategia del "caballo de Troya" se vislumbra en la posible influencia del actual gobernador, Julio Menchaca, y sus conexiones con la élite priista. Se teme que, mediante la infiltración de familias de caciques y políticos en Morena, se expulse gradualmente a las bases para conservar privilegios obtenidos durante décadas.
Menchaca se encuentra ante el desafío de enfrentar un panorama político arraigado en 94 años de prácticas priistas. Ante esta realidad, la necesidad de un cambio profundo que imponga la revolución de las conciencias se hace evidente.
Desde diversas voces en medios de comunicación, se sostiene que la izquierda representa la salida del saqueo y la miseria impuestos por el PRI con el capitalismo de cuates. Sólo la izquierda, con su enfoque en valores, principios e ideales, puede estar del lado del pueblo para impulsar la libre competencia y un libre mercado en beneficio de todos, mientras que la derecha buscará que las cosas se mantengan igual, es decir, conservar sus privilegios dentro de las mismas familias, impulsados por el dinero y los intereses de una élite.
En este contexto, la replicación de comités de base por la transformación de Hidalgo en todos los municipios emerge como una herramienta vital.
Es crucial que las bases de Morena se conviertan en protagonistas del cambio verdadero en sus localidades, impidiendo la infiltración de oportunistas en un movimiento democrático construido con el apoyo del pueblo y de AMLO.
Menchaca enfrenta la encrucijada de definir su proyecto político en Hidalgo: ¿seguir con la derecha o realizar un cambio a la izquierda? En un momento en el que lo viejo aún no ha terminado de morir y lo nuevo está por nacer, la decisión de Menchaca puede marcar el rumbo de Hidalgo hacia una auténtica transformación política.