Jorge Montejo.
Desde el sexenio de Murillo Karam, coincidiendo con el gobierno de Salinas, Hidalgo experimentó un cambio significativo con la imposición del neoliberalismo, conocido como capitalismo de cuates. Este enfoque político propició que un grupo de políticos se apropiara del gobierno, generando riqueza a través de negocios con prestanombres y empresarios corruptos, desplazando y traicionando así al grupo político que emanó del reparto de tierras agrarias impulsado por Don Javier Rojo Gómez.
Los exgobernadores de Hidalgo se beneficiaron económicamente a expensas del pueblo mediante negocios respaldados por el poder gubernamental. Sin embargo, con el triunfo de Morena en Hidalgo, se ha observado una migración de políticos y caciques del sistema neoliberal hacia este nuevo partido y sus partidos satélites, buscando preservar sus privilegios.
La falta de una ideología política clara entre los actores de Morena en Hidalgo ha permitido la infiltración de esta clase política, que ahora ocupa posiciones estratégicas dentro del gobierno. Sin embargo, la clase privilegiada hidalguense, creyendo que al unirse a Morena podrían mantener sus privilegios, se enfrenta a una realidad diferente.
A pesar de las expectativas,
la presencia de la clase política traidora en Morena abre una oportunidad para que la rueda de la democracia siga girando en Hidalgo. Esto plantea la posibilidad de que el pueblo busque un cambio genuino y cuestione las prácticas políticas del pasado, consolidando así la oportunidad de un nuevo rumbo político en la región.
En el contexto de la transición política en Hidalgo, José Antonio Rojo, representante de
la expresión política originada en el reparto de tierras y traicionada por el neoliberalismo, se presenta como una figura clave para impulsar la renovación del PRI en estos nuevos tiempos políticos que se viven.
La migración masiva de traidores y beneficiarios del poder hacia Morena ha dejado al PRI con una oportunidad única para reinventarse.La presencia de aquellos políticos que se volvieron millonarios al amparo del poder, ahora en las filas de Morena, ofrece al PRI la posibilidad de deshacerse de esta carga y renovar su imagen. Sin embargo, para capitalizar esta oportunidad, el PRI deberá definirse ideológicamente de manera clara y coherente.
Es crucial que el PRI tome medidas para distanciarse de las prácticas políticas del pasado, presentándose como una opción genuina y comprometida con el bienestar del pueblo.
José Antonio Rojo tiene la oportunidad de impulsar esta transformación dentro del PRI
respaldando proyectos revolucionarios con jóvenes preparados (sin Olvera, Chong, Núñez, Murillo, etc) para que a través del progresismo se pueda sacar a Hidalgo del estancamiento; mientras en contraste con Morena, donde continúan llegando los mismos y sus juniors, marcando un nuevo rumbo para el PRI en Hidalgo y estableciendo bases ideológicas sólidas para un partido renovado y comprometido con el cambio.