Alonso Quijano.
En una toma de protesta que resonó en los cimientos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Lenia Batres Guadarrama asumió el cargo de Ministra este jueves, desatando un discurso crítico que señala las supuestas deficiencias y excesos de la institución.
Desde el inicio de su intervención, Batres Guadarrama no escatimó en señalamientos. La nueva Ministra expresó su preocupación por la presunta focalización de la SCJN en casos con fuertes implicaciones políticas, alegando que se ha extralimitado y cometido excesos que desdibujan la jerarquía constitucional.
En un tono contundente, la Ministra acusó a la Corte de colocarse por encima del trabajo de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), impidiendo auditorías de desempeño. Además, destacó la adjudicación de facultades para legislar y la determinación de reviviscencia de normas derogadas por el Congreso de la Unión.
Uno de los puntos álgidos de su discurso fue la crítica a los sueldos de los ministros, subrayando que la SCJN no ha seguido el límite establecido por el Artículo 14 constitucional. Este límite, vigente desde 2010, fija el salario de las personas servidoras públicas al mismo nivel que el del Presidente de la República.
En un atrevido señalamiento, Batres Guadarrama catalogó estos aspectos como "excesos", destacando que la SCJN no puede seguir tomando decisiones anticonstitucionales amparada en la inatacabilidad de sus resoluciones. Afirmó que es esencial que la Corte se someta a la auténtica jerarquía normativa del país.
La Ministra, ahora encargada de la Segunda Sala, concluyó su discurso llamando a la SCJN a la autolimitación y a someterse a la auténtica jerarquía normativa. Su toma de posesión y críticas marcan un nuevo capítulo en la historia de la Corte, planteando desafíos y cuestionamientos sobre la independencia y el rol de esta institución en el sistema judicial mexicano.
Ante este panorama, la Barra Mexicana del Colegio de Abogados (BMA) emitió un comunicado, expresando su esperanza de que, más allá de visiones ideológicas, prevalezca el respeto a la división de poderes y el ejercicio autónomo de tan elevada responsabilidad. El futuro de la SCJN parece enfrentar una encrucijada que exigirá respuestas y transformaciones en el ámbito judicial mexicano.
Desde el inicio de su intervención, Batres Guadarrama no escatimó en señalamientos. La nueva Ministra expresó su preocupación por la presunta focalización de la SCJN en casos con fuertes implicaciones políticas, alegando que se ha extralimitado y cometido excesos que desdibujan la jerarquía constitucional.
En un tono contundente, la Ministra acusó a la Corte de colocarse por encima del trabajo de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), impidiendo auditorías de desempeño. Además, destacó la adjudicación de facultades para legislar y la determinación de reviviscencia de normas derogadas por el Congreso de la Unión.
Uno de los puntos álgidos de su discurso fue la crítica a los sueldos de los ministros, subrayando que la SCJN no ha seguido el límite establecido por el Artículo 14 constitucional. Este límite, vigente desde 2010, fija el salario de las personas servidoras públicas al mismo nivel que el del Presidente de la República.
En un atrevido señalamiento, Batres Guadarrama catalogó estos aspectos como "excesos", destacando que la SCJN no puede seguir tomando decisiones anticonstitucionales amparada en la inatacabilidad de sus resoluciones. Afirmó que es esencial que la Corte se someta a la auténtica jerarquía normativa del país.
La Ministra, ahora encargada de la Segunda Sala, concluyó su discurso llamando a la SCJN a la autolimitación y a someterse a la auténtica jerarquía normativa. Su toma de posesión y críticas marcan un nuevo capítulo en la historia de la Corte, planteando desafíos y cuestionamientos sobre la independencia y el rol de esta institución en el sistema judicial mexicano.
Ante este panorama, la Barra Mexicana del Colegio de Abogados (BMA) emitió un comunicado, expresando su esperanza de que, más allá de visiones ideológicas, prevalezca el respeto a la división de poderes y el ejercicio autónomo de tan elevada responsabilidad. El futuro de la SCJN parece enfrentar una encrucijada que exigirá respuestas y transformaciones en el ámbito judicial mexicano.