Se viven tiempos de definiciones en Hidalgo. Unos irán por los puestos-dinero que ofrece la derecha y otros por los valores, principios e ideales.
Julio Gálvez.
Hoy, conmemoramos el Día Nacional del Periodista, un momento propicio para reflexionar sobre el panorama mediático en Hidalgo, donde dos corrientes marcan el quehacer periodístico: aquellos que por dinero reproducen la información gubernamental en beneficio de una cúpula y los pocos valientes que la critican.
La dicotomía entre ambas formas de hacer periodismo es crucial para la formación de la opinión pública en una sociedad democrática. La democracia, entendida más allá del derecho a votar y ser votado, encuentra en la libertad de expresión un pilar fundamental.
En este contexto, se afirma que sin libertad de expresión, la democracia carece de sustento y viceversa. Sin embargo, la libertad de expresión no es solo el derecho a comunicar, sino también el derecho a la libre opinión pública, la cual se nutre de diversas voces, verdaderas y falsas, expresadas en la sociedad.
En Hidalgo, la mayoría de los medios de comunicación reciben dinero del gobierno, a cambio de replicar la información oficial. Pocos se atreven a generar críticas constructivas e investigaciones en busca de alimentar la opinión pública, un elemento esencial para la vitalidad democrática.
La falta de ideología política o la búsqueda del chayote, según sea el caso, ha llevado a que medios antes alineados con el PRI ahora respalden a Morena, como sucede en Hidalgo, con los casos del “El Sol” del empresario priista Mario Vázquez Raña o “Criterio”, mejor conocido en el bajo mundo como Priterio. Sin embargo, escasos medios persisten en el ejercicio valiente de generar opinión pública, desafiando el poder establecido en favor del pueblo.
Desde la perspectiva del suscriptor de este artículo, el verdadero periodista no se limita a reproducir discursos oficiales, sino que asume la tarea desafiante de cuestionar el poder, generando así un espacio donde la opinión pública se nutra de diversas perspectivas. En Hidalgo, el periodismo se encuentra en una encrucijada entre la reproducción y la crítica, marcando el camino hacia una sociedad informada y participativa.