El expresidente mexicano Vicente Fox Quesada ha desaparecido de la red social X, anteriormente conocida como Twitter, tras una serie de ataques polémicos dirigidos a figuras públicas. Desde su cuenta, @VicenteFoxQue, Fox había lanzado comentarios ofensivos contra Mariana Rodríguez, esposa de Samuel García, y Claudia Sheinbaum, precandidata presidencial de la izquierda. La cuenta fue suspendida sin previo aviso, generando especulaciones sobre si Fox la eliminó voluntariamente o si fue una decisión de la plataforma de Elon Musk.
Ante esta situación, Martha Sahagún, esposa y vocera de Fox, compartió una declaración del expresidente señalando la suspensión de su cuenta como un acto arbitrario y sin notificación previa. Fox aseguró estar trabajando para resolver el problema.
La controversia se desató cuando Fox atacó a Mariana Rodríguez, a quien calificó como "dama de compañía". Ante esta agresión, el coordinador general de la precampaña de Samuel García, Jorge Álvarez Máynez, presentó una queja ante el Instituto Nacional Electoral (INE) por violencia política en razón de género. La denuncia se basa en los comentarios de Fox, considerados como ataques sexistas.
La denuncia, respaldada por la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, se suma a una serie de críticas anteriores contra Fox por comentarios ofensivos. En julio, el expresidente protagonizó otra polémica al realizar ataques antisemitas contra Claudia Sheinbaum, utilizando un discurso de odio y racismo en redes sociales. A pesar del repudio en redes sociales, organismos como la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos han guardado silencio ante estos casos.
Figuras políticas, incluyendo Xóchitl Gálvez y Lilly Téllez, se desvincularon de los comentarios de Fox, condenando la violencia contra las mujeres. Fox respondió a las críticas de Gálvez de manera provocativa, marcando una división incluso entre opositores políticos.
La controversia en torno a Vicente Fox destaca la importancia de la responsabilidad en el uso de redes sociales, especialmente por parte de figuras públicas, y plantea cuestionamientos sobre la línea entre la libertad de expresión y la promoción del discurso de odio. La suspensión de su cuenta refleja la creciente presión social y la demanda de medidas contra el comportamiento irresponsable en plataformas digitales.