Cuando la Justicia se Convierte en Herramienta Política.


Por Julio Gálvez.

En el escenario político de Hidalgo, el Lawfare se erige como una estrategia maestra para desviar la atención de los verdaderos responsables de malversaciones y desvíos millonarios en el erario público. En dos momentos clave de la historia reciente de Hidalgo, durante los sexenios de Fayad y bajo el actual gobierno de Morena, este fenómeno ha sido utilizado con destreza para encubrir actos de corrupción.

En el sexenio de Fayad, la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo y Radio y Televisión de Hidalgo fueron epicentros de un entramado corrupto. Sin embargo, en una táctica hábil, solo políticos de medio pelo fueron llevados ante la justicia, desviando la mirada de figuras más destacadas, como Francisco Olvera. Estos chivos expiatorios se convirtieron en el blanco perfecto, protegiendo a los verdaderos responsables y diluyendo la verdadera dimensión de los pellizcos al erario público.

Bajo las mismas prácticas, el nuevo gobierno de Morena en Hidalgo implementó el Lawfare con la denominada "Estafa Siniestra". Una operación mediática que, al igual que en el pasado, apuntó a políticos de medio pelo, mientras los titulares de las dependencias investigadas y el exgobernador hidalguense fueron prácticamente intocables. Sorprendentemente, el exgobernador recibió como recompensa una embajada en Noruega, alimentando las sospechas de un sistema judicial que parece estar al servicio de intereses políticos.



La falta de independencia del poder judicial en Hidalgo se manifiesta claramente en la selectividad de las persecuciones. Mientras se detienen a opositores políticos bajo el pretexto de la justicia, los crímenes reales quedan sin investigación o son arrojados al olvido en el cajón de los recuerdos. Este uso partidista de las instituciones judiciales socava la confianza en el sistema legal y perpetúa la impunidad.

Si bien el lawfare puede proporcionar ventajas tácticas, también ha sido objeto de críticas, ya que se puede confundir con el activismo judicial. Sus detractores argumentan que su uso excesivo puede debilitar la confianza en el sistema judicial y politizar las instituciones legales. Además, puede erosionar la separación de poderes al utilizar el sistema judicial como un instrumento político.

En resumen, el lawfare se ha convertido en un mecanismo utilizado por algunos sectores conservadores para debilitar a sus rivales políticos a través de procedimientos legales. Sin embargo, su uso conlleva implicaciones significativas para la democracia y la estabilidad política, generando debates sobre la ética y la integridad del sistema judicial en el contexto político.

Es imperativo que la ciudadanía hidalguense esté alerta ante estas artimañas políticas disfrazadas de justicia. El Lawfare no solo distorsiona el propósito fundamental de las instituciones judiciales, sino que también perpetúa un ciclo de corrupción y encubrimiento que impide el verdadero progreso y la rendición de cuentas. 

La lucha contra el Lawfare exige una ciudadanía informada y empoderada que demande transparencia, independencia judicial y una verdadera búsqueda de la justicia.


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Sobre el tema de activismo judicial, el suscriptor de este artículo ha tenido diversas publicaciones que se encuentran incluso en la biblioteca de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ya que no debe confundirse con el Lawfare. El primero busca la defensa de los derechos humanos y el segundo es un instrumento político donde la justicia se politiza:

https://bit.ly/3PbYXgf