La Vulneración de la Autonomía Universitaria de la UAEH.



Julio Gálvez.

Durante el sexenio de Francisco Olvera, exgobernador de Hidalgo, se produjo un giro significativo en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Olvera, con orígenes porriles, impulsó una controvertida reforma a la Ley Orgánica de la UAEH, que tenía como objetivo legalizar el patronato para otorgar el control total sobre la institución a Gerardo Sosa Castelán, líder de lo que se conoce como la "Sosa Nostra", un grupo con raíces en el pasado porriles de la universidad.

Sin embargo, con la llegada del gobierno de Omar Fayad se buscó fiscalizar y pedir cuentas a la UAEH, alegando que era necesario garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en la institución. Esta medida fue recibida con fuertes críticas por parte de los directivos vinculados a la "Sosa Nostra", quienes argumentaron que se estaba vulnerando la autonomía universitaria.

No obstante, existe un punto de vista que sostiene que esta autonomía es en realidad una fachada utilizada por la "Sosa Nostra" para mantener un control inquebrantable sobre la UAEH. Se alega que los alumnos son constantemente expuestos a adoctrinamiento político, alineado con los intereses del partido político que Sosa Castelán respalda en un momento dado.

En última instancia, la situación en la UAEH plantea serias cuestiones sobre la autonomía universitaria y su relación con el poder político. Las decisiones tomadas en el pasado y las disputas actuales indican que la lucha por el control de la institución está lejos de resolverse, y el debate sobre la verdadera autonomía de la universidad persiste como un tema de gran relevancia en el contexto político y educativo de Hidalgo.

La autonomía universitaria es un principio fundamental en la educación superior, destinado a garantizar la independencia y la calidad de la enseñanza que se imparte en las instituciones académicas libre de injerencias políticas y religiosas.

Lamentablemente, en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), un oscuro capítulo de su historia parece amenazar esta autonomía. En los años 80, un grupo de porros conocidos como la "Sosa Nostra" se apoderó de la universidad, dejando una huella que persiste hasta el día de hoy.



Un ejemplo notorio de esta situación es Lidia García, quien no solo es la presidenta del patronato de la UAEH, sino también una diputada federal por Morena. Este hecho plantea interrogantes legítimos sobre un posible conflicto de intereses y la influencia política en una institución académica que debería mantenerse imparcial en asuntos partidistas.

La cuestión es que este entrelazamiento de roles y poderes vulnera la autonomía universitaria. La educación que reciben los alumnos debería ser objetiva y basada en la libre búsqueda del conocimiento, no en una agenda política o partidista. La presencia de un grupo como la "Sosa Nostra" en la historia de la UAEH y su aparente influencia actual arrojan serias dudas sobre la neutralidad de la institución.

Además, se han reportado casos preocupantes, como la pintura de aulas en los colores de Morena, un partido político en particular. Este tipo de acciones dentro de una institución académica deberían ser inaceptables, ya que sugieren un uso partidista de los recursos universitarios y una manipulación de la educación en favor de intereses políticos específicos.

La historia de la UAEH y su conexión con la "Sosa Nostra" también se extiende a eventos organizados en la universidad en beneficio de partidos políticos, primero con el PRI y ahora con Morena. Estos episodios levantan interrogantes sobre la independencia y la imparcialidad de la institución en cuestión.

En resumen, es crucial que la autonomía universitaria sea respetada y preservada en todas las instituciones académicas. La situación en la UAEH, marcada por su historia con la "Sosa Nostra" y la presencia de figuras políticas como Lidia García, plantea serias preocupaciones sobre la posibilidad de que los intereses políticos influyan en la educación impartida y socaven la esencia misma de la universidad como un espacio de libre pensamiento y búsqueda de conocimiento. La comunidad universitaria y la sociedad en su conjunto deben mantenerse vigilantes para garantizar que se respeten los principios fundamentales de la educación superior y que la autonomía universitaria sea defendida con firmeza.

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PD. En la fotografía podemos observar a Lidia García, presidenta del patronato de la UAEH y diputada federal por Morena con Marivel Solís, ex diputada federal y actual secretaria general de Morena en Hidalgo, así como con la actual defensora universitaria, Elsa Ángeles.