Con porras y acarreados iniciaron las comparecencias de los secretarios en el Congreso del estado de Hidalgo, el primero fue Guillermo Olivares Reyna, quien llevó a trabajadores de su dependencia a qué le gritaran vivas y le aplaudieran.
La comparecencia fue tediosa, pues ninguno de los 15 diputados que le hicieron preguntas fue contundente en los problemas de seguridad de municipios como Cuautepec de Hinojosa, Tizayuca, Tula y Atotonilco de Tula.
Aunado a que el secretario nunca contestó de manera concreta lo que se le preguntaba y la burocracia que se implementó como el que se pidiera a la prensa que se acreditará cuando ni los priistas pedían estos requisitos.
La comparecencia terminó como un ejercicio aburrido y que recordó la época más rancia del priismo en el que todo fue aplauso y cero autocrítica.