Julio Gálvez
En el escenario político de Hidalgo, la contienda por el poder ha estado marcada por tensiones, alianzas y traiciones que han dado forma al panorama local. El Grupo Universidad, que emergió con fuerza en el 2018 gracias al efecto AMLO, se encontró en una lucha constante por la supremacía dentro de Morena, mientras el gobierno de Omar Fayad llevaba a cabo una gestión cuestionada por algunos sectores de haber traicionado al PRI.
Desde su llegada al Congreso de Hidalgo en 2018, el Grupo Universidad buscó consolidar su influencia aprovechando el impulso generado por la ola de apoyo al presidente AMLO. Sin embargo, sus intentos de avasallar el movimiento se vieron frustrados al perder el control del Congreso de Hidalgo debido a las hábiles maniobras jurídicas de las bases de Morena y la izquierda ciudadana en la pasada legislatura.
El panorama tampoco fue diferente con la administración de Menchaca, quien, según sus críticos, traicionó las bases que lo apoyaron y favoreció a juniors vinculados a políticos priistas para preservar el control político en la élite que se apoderó del gobierno para volverse millonaria. Esta elección de lealtades generó controversia y divisiones internas, debilitando el apoyo popular a su gobierno.
Ahora, con la presencia de Adán Augusto López liderando las encuestas en Hidalgo, el Grupo Universidad se enfrenta a nuevos desafíos. Se especula que el gobierno de Menchaca podría lanzar ataques mediáticos a través de periodistas y medios chayoteros para debilitar la influencia del Grupo Universidad y, por extensión, de las bases de Morena, ya que los menchaquistas y expriistas primero apoyaban a Ebrard (Monreal) y ahora apoyan a Claudia Sheinbaum.
Ante esta situación, surgen voces que instan a la unión de las bases de Morena, el grupo Ixmiquilpan, Abraham Mendoza y el Grupo Universidad. Argumentan que la próxima contienda electoral por la gubernatura de Hidalgo requiere una coalición sólida, para preservar los ideales que impulsó AMLO y evitar que intereses ajenos a la causa se apoderen de la dirección del movimiento. La conjunción de esfuerzos entre estos grupos podría representar una opción viable para alcanzar el éxito en las urnas.
En última instancia, Hidalgo enfrenta una decisión crucial en su camino político. La elección de mantener la unidad y luchar por un futuro alineado con los principios de AMLO o permitir que figuras vinculadas a los grupos políticos de Chong y Fayad se adueñen de Morena, podría determinar el rumbo del estado en los próximos años.
En el escenario político de Hidalgo, la contienda por el poder ha estado marcada por tensiones, alianzas y traiciones que han dado forma al panorama local. El Grupo Universidad, que emergió con fuerza en el 2018 gracias al efecto AMLO, se encontró en una lucha constante por la supremacía dentro de Morena, mientras el gobierno de Omar Fayad llevaba a cabo una gestión cuestionada por algunos sectores de haber traicionado al PRI.
Desde su llegada al Congreso de Hidalgo en 2018, el Grupo Universidad buscó consolidar su influencia aprovechando el impulso generado por la ola de apoyo al presidente AMLO. Sin embargo, sus intentos de avasallar el movimiento se vieron frustrados al perder el control del Congreso de Hidalgo debido a las hábiles maniobras jurídicas de las bases de Morena y la izquierda ciudadana en la pasada legislatura.
El panorama tampoco fue diferente con la administración de Menchaca, quien, según sus críticos, traicionó las bases que lo apoyaron y favoreció a juniors vinculados a políticos priistas para preservar el control político en la élite que se apoderó del gobierno para volverse millonaria. Esta elección de lealtades generó controversia y divisiones internas, debilitando el apoyo popular a su gobierno.
Ahora, con la presencia de Adán Augusto López liderando las encuestas en Hidalgo, el Grupo Universidad se enfrenta a nuevos desafíos. Se especula que el gobierno de Menchaca podría lanzar ataques mediáticos a través de periodistas y medios chayoteros para debilitar la influencia del Grupo Universidad y, por extensión, de las bases de Morena, ya que los menchaquistas y expriistas primero apoyaban a Ebrard (Monreal) y ahora apoyan a Claudia Sheinbaum.
Ante esta situación, surgen voces que instan a la unión de las bases de Morena, el grupo Ixmiquilpan, Abraham Mendoza y el Grupo Universidad. Argumentan que la próxima contienda electoral por la gubernatura de Hidalgo requiere una coalición sólida, para preservar los ideales que impulsó AMLO y evitar que intereses ajenos a la causa se apoderen de la dirección del movimiento. La conjunción de esfuerzos entre estos grupos podría representar una opción viable para alcanzar el éxito en las urnas.
En última instancia, Hidalgo enfrenta una decisión crucial en su camino político. La elección de mantener la unidad y luchar por un futuro alineado con los principios de AMLO o permitir que figuras vinculadas a los grupos políticos de Chong y Fayad se adueñen de Morena, podría determinar el rumbo del estado en los próximos años.
La consolidación de fuerzas y la cohesión de las bases podrían ser la clave para enfrentar estos retos y forjar un camino hacia un futuro político más transparente y participativo.