Hidalgo, en busca del Cambio Verdadero.



En el estado de Hidalgo, tras más de nueve décadas de gobiernos priistas que marcaron su historia política, se han vislumbrado signos de cambio que evocan a épocas pasadas. La llegada de la alternancia política a este territorio trae a la mente la transición que vivió México en el año 2000 con la elección de Vicente Fox como presidente. Sin embargo, a medida que la expectativa de cambio se cierne sobre Hidalgo, no faltan las voces críticas que advierten sobre posibles similitudes con la decepción que acompañó a aquel periodo.

Así como Vicente Fox llegó a la presidencia enarbolando la bandera del cambio, las esperanzas en Hidalgo se han cimentado en la idea de que se rompería con el statu quo de décadas. Pero como la historia nos enseña, las promesas políticas pueden ser más complejas de cumplir de lo que parecen. En este contexto, algunos observadores han señalado paralelismos entre las expectativas generadas por Fox y las que rodean al nuevo gobierno hidalguense.

El espectro del "capitalismo de cuates" ha sido un tema recurrente en el análisis de la política mexicana y, en este caso, de la realidad hidalguense. Se menciona cómo, a pesar de los vientos de cambio, los mismos actores privilegiados han conseguido mantenerse en posiciones de poder y enriquecimiento. Los lazos entre el poder político y el empresarial parecen persistir, aunque las banderas de cambio y renovación hayan sido enarboladas.

La sombra de figuras prominentes como Osorio Chong y Omar Fayad, quienes han sido señalados por enriquecerse a expensas de los recursos públicos, también se cierne sobre este análisis. Las acusaciones de que estos exgobernadores han influido en la campaña de Menchaca, el actual gobernante, con el fin de perpetuar su influencia y control en el gobierno, generan dudas acerca de la verdadera naturaleza del cambio que se espera en Hidalgo.

Es innegable que los círculos políticos y empresariales establecen conexiones y alianzas que pueden perdurar a pesar de los cambios de régimen. La observación de que los mismos contratistas del gobierno previo mantienen su presencia en la administración actual, arroja luces sobre la continuidad de ciertas prácticas en el sistema político y económico del estado.

En última instancia, el escenario político de Hidalgo puede ser interpretado como una lucha constante entre la aspiración de cambio (liberales) y la persistencia de intereses arraigados (conservadores). Si bien las similitudes con el pasado pueden ser motivo de preocupación, también es importante recordar que los cambios políticos son procesos complejos y que las expectativas pueden tomar tiempo en materializarse. 

Lo anterior, ya que lo viejo no termina de morir, ni lo nuevo termina de nacer, por lo que, la ciudadanía, sin duda, seguirá atenta a las acciones y decisiones de sus gobernantes, con la esperanza de un cambio verdadero en Hidalgo.