En el Estado de Hidalgo, las elecciones se tiñeron de esperanza cuando Julio Menchaca, impulsado por el efecto AMLO, se alzó con el triunfo en las pasadas elecciones, prometiendo un cambio. Sin embargo, una vez que llegó al poder, las promesas se desvanecieron rápidamente, dejando un amargo sabor de traición en la boca de los ciudadanos.
El efecto AMLO, caracterizado por su llamado a erradicar la corrupción y desterrar las prácticas políticas del pasado, despertó el entusiasmo y la ilusión entre los hidalguenses. La promesa de una administración transparente y comprometida con el bienestar del pueblo parecía estar a la vuelta de la esquina. Pero, como dice el refrán, "el gatopardismo" hizo su aparición, y los mismos vicios del pasado resurgieron bajo el manto de Morena.
Una de las principales acusaciones contra Julio Menchaca y su gobierno es la colocación de los mismos de siempre en posiciones estratégicas. Puestos clave en la administración fueron otorgados a políticos cercanos a Fayad y Osorio Chong. Esta contradicción flagrante generó decepción y desconfianza entre aquellos que creyeron en la promesa de un cambio verdadero.
Otro punto que evidenció el gatopardismo de Morena y Menchaca fue el uso de las audiencias públicas, una estrategia que ya había sido utilizada por el gobierno de Fayad. Estas audiencias, que en teoría buscan acercar al gobierno con la ciudadanía, se convirtieron en un mero espectáculo político sin acciones reales de solución a los problemas de la gente.
El resultado fue un gobierno que, a pesar de haber llegado al poder con el apoyo de la izquierda y el efecto AMLO, terminó adoptando las mismas prácticas y métodos políticos que tanto se criticaban en el pasado. La decepción se convirtió en una constante entre los hidalguenses, quienes se sintieron traicionados por un liderazgo que parecía más interesado en mantener el statu quo que en impulsar un verdadero cambio transformador.
Morena prometió una renovación; sin embargo, los hijos juniors de panistas y expriistas son los que han sido beneficiados con cargos y contratos en el gobierno. Pareciera que Menchaca llegó al poder para mantener el status quo de clase política hidalguense.
El caso de Hidalgo es una lección para todos los ciudadanos sobre la importancia de mantenerse alerta y críticos frente a las promesas políticas. Aunque el efecto AMLO generó una ola de esperanza, la realidad demostró que no siempre las intenciones y las acciones van de la mano.
El caso de Hidalgo es una lección para todos los ciudadanos sobre la importancia de mantenerse alerta y críticos frente a las promesas políticas. Aunque el efecto AMLO generó una ola de esperanza, la realidad demostró que no siempre las intenciones y las acciones van de la mano.
La lucha por un gobierno verdaderamente transparente, progresista y justo aún continúa. Es responsabilidad de todos los ciudadanos exigir el cumplimiento de las promesas y la rendición de cuentas a aquellos que gobiernan en su nombre.
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El ex director de la policía industrial bancaria en tiempos de Fayad, durante su primera comparecencia ante el Congreso de Hidalgo, contrató edecanes para que le echaran porras. Sin embargo, no contaba que el congreso fue bloqueado y andaba preocupado porque tenía que pagar el contrato de las señoritas por horas extras.
