Las mismas estrategias que usaba el gobierno de Omar Fayad, ahora las usa el nuevo gobierno de Menchaca con el combate a la corrupción, antes se llamaba estafa maestra (cuando Olvera robó a pellizcos), ahora se llama estafa siniestra (cuando Fayad robó a manos llenas).
Jorge Montejo.
En el mundo de la política, las estrategias de engaño y simulación a menudo se convierten en un juego que algunos llaman "gatopardismo", una táctica que consiste en aparentar cambios significativos para mantener el poder sin realizar transformaciones reales. En el estado de Hidalgo, el gobierno de Morena, liderado por Julio Menchaca, ha sido acusado de recurrir a esta estrategia para engañar a la población y perpetuar prácticas similares a las que criticaban en el pasado.
Hace algunos años, durante el inicio del sexenio del exgobernador Omar Fayad, se realizaron simulaciones de investigación contra diversos funcionarios de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo, que habían pertenecido a la administración de Francisco Olvera. Fayad prometía combatir la corrupción y acusaba públicamente a Olvera de supuestos actos de malversación de fondos, pero al final, todo quedó en palabras y nunca se llevó a cabo una investigación real ni se tomaron acciones concretas.
En la actualidad, bajo el mandato de Menchaca, la historia parece repetirse. El gobierno de Morena ha acusado a diversos exfuncionarios del gobierno de Fayad en relación con el tema de la "estafa siniestra". Sin embargo, muchos ven estas acusaciones como una simple fachada para mantener el control y calmar a la población, mientras que los verdaderos responsables de los presuntos actos de corrupción siguen sin ser señalados y enfrentar consecuencias reales.
La ironía de la situación reside en que Fayad, en su momento, traicionó al partido PRI para apoyar a Menchaca en su camino al poder. Esta alianza política generó expectativas, pero a lo largo del tiempo, las promesas se han diluido en un juego de intereses políticos y complacencia mutua, toda vez que se encuentran respetando los acuerdos con Fayad en otras áreas, incluso el gobierno continúa contratando con sus personeros, como sucede en el DIF, donde Barrera Neri se llevó el contrato más millonario para dar desayunos en frío y caliente a los niños y niñas hidalguenses.
Hace algunos años, durante el inicio del sexenio del exgobernador Omar Fayad, se realizaron simulaciones de investigación contra diversos funcionarios de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo, que habían pertenecido a la administración de Francisco Olvera. Fayad prometía combatir la corrupción y acusaba públicamente a Olvera de supuestos actos de malversación de fondos, pero al final, todo quedó en palabras y nunca se llevó a cabo una investigación real ni se tomaron acciones concretas.
En la actualidad, bajo el mandato de Menchaca, la historia parece repetirse. El gobierno de Morena ha acusado a diversos exfuncionarios del gobierno de Fayad en relación con el tema de la "estafa siniestra". Sin embargo, muchos ven estas acusaciones como una simple fachada para mantener el control y calmar a la población, mientras que los verdaderos responsables de los presuntos actos de corrupción siguen sin ser señalados y enfrentar consecuencias reales.
La ironía de la situación reside en que Fayad, en su momento, traicionó al partido PRI para apoyar a Menchaca en su camino al poder. Esta alianza política generó expectativas, pero a lo largo del tiempo, las promesas se han diluido en un juego de intereses políticos y complacencia mutua, toda vez que se encuentran respetando los acuerdos con Fayad en otras áreas, incluso el gobierno continúa contratando con sus personeros, como sucede en el DIF, donde Barrera Neri se llevó el contrato más millonario para dar desayunos en frío y caliente a los niños y niñas hidalguenses.
Es evidente que los políticos de poca monta son utilizados como chivos expiatorios para distraer a la opinión pública y apaciguar los ánimos ante el tema de la corrupción. Mientras tanto, los funcionarios de mayor rango y poder parecen permanecer intocables, lo que ha generado un creciente desencanto y desconfianza en la población hacia el gobierno de Morena y su capacidad para generar cambios reales.
En esta dinámica, el gatopardismo parece ser la constante, donde las cosas aparentan cambiar, pero en realidad, todo sigue igual. El gobierno de Morena ha demostrado una habilidad para mantenerse en el poder a través de estrategias políticas bien ensayadas, pero la falta de resultados tangibles en la lucha contra la corrupción ha dejado a muchos ciudadanos decepcionados y desilusionados.
En conclusión, el gobierno de Morena en Hidalgo, bajo la administración de Julio Menchaca, ha sido acusado de utilizar tácticas de gatopardismo para mantener el control y engañar a la población. Las acusaciones contra exfuncionarios del gobierno anterior podrían ser solo una cortina de humo para desviar la atención de los verdaderos problemas y perpetuar una realidad de simulación y engaño en el ámbito político. La falta de acciones contundentes en la lucha contra la corrupción ha generado desconfianza y descontento en la ciudadanía, dejando en duda la verdadera voluntad de cambiar las prácticas políticas en el estado.
Ya se verá si detienen a Omar Fayad o a alguno de sus consentidos que ocupaban cargos de primer nivel, como por ejemplo Jessica Blancas, Israel Felix, Romo o Simón Vargas por la estafa siniestra para que el pueblo pueda creer que en verdad se combate la corrupción y no se trata de una simulación.
Por mientras, los medios oficiales y reyes del boletín de gobierno, ya informan la gran detención de Martiniano Vega, un importantísimo golpe contra la corrupción en Hidalgo 🤣