PRI debe renovarse con la izquierda rechazada por morena.



Julio Gálvez

En los últimos años, hemos sido testigos de un fenómeno político que ha dejado perplejos a muchos ciudadanos: la migración de políticos traidores y convenencieros hacia las filas de Morena, el partido en el poder. Esta situación ha generado un sentimiento de desencanto y frustración en amplios sectores de la sociedad, quienes consideran que los principios y valores de la política han sido dejados de lado en aras de intereses personales.

El término "gatopardismo" se ha popularizado para describir esta tendencia, haciendo referencia a la famosa frase de Giuseppe Tomasi di Lampedusa en su novela "El Gatopardo": "Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie". En este sentido, los políticos que se han sumado a Morena han encontrado en este partido una forma de mantener su poder y privilegios, adaptándose a la nueva realidad política sin realizar cambios sustanciales en sus prácticas.

Sin embargo, esta situación también brinda una gran oportunidad para la renovación del Partido Revolucionario Institucional (PRI). A lo largo de su historia, el PRI ha sido considerado como un partido tradicional y poco abierto a los cambios. No obstante, en medio de esta coyuntura política, existe la posibilidad de que el PRI se reinvente y se renueve con jóvenes y con aquellos sectores de la izquierda que han sido rechazados por los priistas que migraron a Morena y Movimiento Ciudadano.



La llegada de jóvenes políticos al PRI podría traer consigo una visión fresca y renovada, alejada de los vicios y prácticas tradicionales que tanto han dañado la imagen del partido. Estos jóvenes podrían representar una verdadera opción para aquellos ciudadanos que buscan una alternativa a los partidos existentes y los políticos de siempre, con la ayuda de perfiles de izquierda eu buscan ideales en la política.

Asimismo, la incorporación de la gente de izquierda que ha rechazado a los priistas que se unieron a Morena podría fortalecer la identidad del PRI como un partido de centro-izquierda, con una visión más progresista y comprometida con las demandas sociales.

Por lo anterior, la renuncias de ex gobernadores, diputados y políticos del PRI para irse a las filas de morena es una oportunidad única para renovar y transformar a ese partido, recuperando la confianza de los ciudadanos. Es necesario que el PRI se desligue de aquellos políticos que han sido señalados por corrupción, así como de traidores y convenencieros, con la intención de abrir espacios a nuevos liderazgos que realmente representen los intereses de la sociedad para reconciliarse con el pueblo. 

En conclusión, el fenómeno del gatopardismo político ha llevado a que muchos políticos traidores y convenencieros se sumen a las filas de Morena y MC, pero también ha abierto una ventana de oportunidad para la renovación del PRI. Con la incorporación de jóvenes y la gente de izquierda que han rechazado los priistas en Morena, el PRI podría reinventarse como una opción política sólida y comprometida con los ideales de justicia y equidad. La decisión está en manos del PRI, y dependerá de su capacidad para escuchar a la ciudadanía y adaptarse a los nuevos tiempos.