Políticos conservadores en contra de fumar mariguana en Hidalgo.



Julio Gálvez.

Como si se tratara de la Edad Media, diversos políticos conservadores del gobierno en Hidalgo, realizan críticas por el consumo de mariguana por parte de periodistas, personajes públicos y ciudadanos en sus reuniones gubernamentales.

En este orden de ideas se debe reconocer que han señalado a un servidor por el consumo de la planta con fines medicinales; sin embargo, lo hacen personas conservadoras que desconocen los efectos de la hierva, incluso para usos recreativos, ya que algunos músicos, científicos, intelectuales, artistas, escritores la utilizan para obtener creatividad, y en materia de política no es la excepción.

Se ha demostrado científicamente que la planta tiene efectos menos negativos en la salud que el alcohol y el tabaco. De hecho el 68% de los estadounidenses la aprueban, el exnadador Michael Phelps, la consume y fue gravemente cuestionado por tal situación.

El exnadador es el deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos, con un total de 28 medallas.​ Phelps también posee los récords de más medallas olímpicas de oro, más medallas de oro en eventos individuales y más medallas olímpicas en eventos masculinos.

Su servidor conoce funcionarios públicos, empresarios fifís, diputados, secretarios de estado, gobernadores, jefas de gobierno, que consumen la planta con fines lúdicos para una buena plática e intercambio de ideas, pero existen conservadores que también lo hacen y se dan golpes de pecho con la ciudadanía, gracias a la doble moral.

Incluso, algunos políticos son capaces de robar, secuestrar y traficar con drogas químicas, como sucede en el caso de García Luna, pero por otro lado, se hacen pasar por los protectores de la ley.

Por lo anterior, un ataque público por parte de un político hacia un periodista o ciudadano por fumar marihuana puede tener graves consecuencias negativas para la sociedad y la democracia,

En primer lugar, podría erosionar gravemente la confianza en la libertad de prensa y en la democracia en general. Si el político está acusando al periodista de cometer un acto ilegal simplemente por fumar mariguana, estaría socavando el papel del periodista de informar al público sobre cuestiones importantes y salvaguardar su derecho a la libertad de prensa.

En segundo lugar, los ataques públicos de los políticos a los ciudadanos pueden generar un clima de miedo e intimidación que puede disuadir a las personas de ejercer sus derechos y participar en el debate público. Esto puede socavar la democracia y limitar la capacidad de la sociedad para abordar problemas y desafíos importantes.

Por último, los políticos que atacan públicamente a los ciudadanos por fumar marihuana pueden desviar la atención de asuntos más relevantes y urgentes. En lugar de centrarse en solucionar los problemas que afectan a la sociedad, se distraen con debates infructuosos que no contribuyen a un mejor futuro para todos.

En resumen, atacar públicamente a un periodista o ciudadano por fumar mariguana es una estrategia de comunicación muy arriesgada e inapropiada, lo anterior, en virtud de que el consumo de marihuana se encuentra tutelado prima facie por el derecho al libre desarrollo de la personalidad, así lo resolvió la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el amparo indirecto 237/2014, teniendo su fundamento dicho derecho en la dignidad humana.

Además de erosionar la confianza en la democracia y distraer la atención de cuestiones importantes, el político podría alienar a una gran cantidad de votantes jóvenes en su contra, por lo que sería mejor centrarse en temas importantes y mantener un diálogo respetuoso con aquellos que tienen opiniones diferentes.