Jorge Montejo.
El Poder Judicial nunca ha tenido una verdadera independencia, con las reformas constitucionales de 1994 se aproximó a tal fin, sin embargo no ha terminando de convertirse en un verdadero Tribunal Constitucional autónomo, ya que muchas de su decisiones se encuentran sometidas al poder político y no al derecho.
El Poder Judicial nunca ha tenido una verdadera independencia, con las reformas constitucionales de 1994 se aproximó a tal fin, sin embargo no ha terminando de convertirse en un verdadero Tribunal Constitucional autónomo, ya que muchas de su decisiones se encuentran sometidas al poder político y no al derecho.
Con la llegada de la ministra Norma Piña a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, prácticamente todo el poder judicial pasó de ser un contrapeso ante los otros dos Poderes de la Unión, a convertirse en francos y abiertos opositores a la actual administración.
Mientras con el ministro Arturo Zaldívar en ese puesto, aún con decisiones controversiales como las tomadas por el juez Juan Pablo Gómez Fierro, que suspendió la reforma energética y el Tren Maya, las resoluciones de la corte estaban relativamente apegadas al derecho, pero ahora vemos una Corte que actúa deliberadamente en contra de los intereses de la mayoría de los mexicanos, sólo para beneficiar a una pequeña élite privilegiada.
De esta forma, no debe pasar desapercibido que la Ministra Norma Lucia Piña, proviene del grupo político del Miguel Ángel Osorio Chong, con una relación estrecha con ese grupo de priistas corruptos hidalguenses.
Por lo anterior, es necesaria una reforma en donde se cree un verdadero tribunal constitucional, ya que la SCJN continúa ejerciendo funciones de control de legalidad y no como sucede en otros países, donde existen tribunales constitucionales autónomos que solamente revisan la cuestión constitucional y no la legalidad de los asuntos.
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Pd. Incluso a “El Chino” le dicen primo.