Al igual que en Hidalgo, el PRI en el Estado de México envejeció, no supo renovarse, ya que un grupo de caciques se apropiaron del gobierno para volverse millonarios al amparo del poder durante 94 años.
De esta forma, aplicaron el capitalismo de cuates donde crearon un sistema de pseudo empresarios a modo que obtenían los contratos del gobierno, beneficiados siempre por políticos del prianismo que se volvían millonarios de la noche a la mañana, gracias al moche de sus cuates.
Por lo anterior, en el priismo todos se dicen amigos, para hacerte cómplice de ese sistema de corrupción donde se explota al Estado en detrimento del pueblo.
Sin embargo, los operadores del sistema de complicidades han envejecido, algunos están siendo investigados, otros están en la cárcel, tal como sucedió en Hidalgo y sucederá en Edomex.
Lo anterior, no tiene remedio, el PRI va cayendo en un precipicio sin fondo gracias a la ambición cegadora de ese grupo de políticos y cuates que se pelean por los restos del tricolor, incluso a través de sus juniors, aliándose con el PAN y PRD.
En este orden de ideas podemos concluir que el PRI se aproxima a su gran derrota.