Al implementar el capitalismo de cuates en Hidalgo, los exgobernadores de ese estado formaron una clase política con sus lacayos, prestanombres y amigos para volverse millonarios al amparo del poder.
De esta forma, los ex gobernadores de Hidalgo, dejaron a su Estado en el retraso para satisfacer sus intereses individualistas, al impedir el libre mercado y la libre competencia, en beneficio de ellos mismos, así como de sus grupos políticos.
Crearon una escuela de la corrupción en el PRI donde los jóvenes aspiraban a la política para volverse millonarios por medio de la corrupción y quedar impunes, al ver a sus ídolos actuar de esa manera.
De esta forma, los traidores de Hidalgo, para tratar de conservar sus privilegios, se han infiltrado en Morena; sin embargo, el movimiento mismo contra el neoliberalismo (el cual es mundial) los arrastrará a la destrucción política, toda vez que los países más avanzados se encuentran cambiando, incluso sus sistemas económicos.