Ya deben de dar las gracias quienes se apoderaron del PRI para enriquecerse en el gobierno al amparo del poder. Son repudiados por el pueblo, al cual han dejado en ruinas.
Esta clase política, en la búsqueda del dinero y el poder, convirtió al Partido Revolucionario Institucional en un instrumento para la búsqueda de intereses particulares de sus caciques, rechazando a las y los jóvenes, así como a generaciones completas (porque siempre han sido los mismos) que se perdieron en la política al no luchar por los intereses del pueblo.
En esta dinámica, entró el PRI, durante 30 años, por lo que se alejó de sus ideales y perdió identidad, al haber abandonado sus principios revolucionarios (progresismo) con los que fue fundado.
En este orden de ideas, si el partido tricolor no corrige el camino, desaparecerá perdiendo Edomex y Coahuila en una lucha entre Chong y Alito, los dos, personajes impresentables y corruptos.
Si el PRI quisiera sobrevivir, debe recobrar su rumbo ideológico, ya que comenzó siendo de izquierda progresista y terminó convirtiéndose en un partido de derecha, así como le sucederá a morena si continúa en esa estrategia de incluir priistas de mentalidad hipócrita en sus filas, esa misma clase política de derecha que se siente fifí, pero ni a fifí llega, que sólo busca el dinero usando la hipocresía para hacerlo.
