Por Álvaro López.
Me he encontrado con varios argumentos para defender el actuar del gobierno en Culiacán. Son comentarios o cuestionamientos que la gente me ha hecho y que a continuación voy a responder.
1.- AMLO HIZO BIEN AL LIBERAR A OVIDIO GUZMÁN, SALVÓ LA VIDA DE MUCHAS PERSONAS.
El problema con este argumento es que ni siquiera responde a lo que estamos cuestionando realmente e ignora deliberadamente el contexto, el cual es el que explica la reponsabilidad que tiene la 4T en lo sucedido.
En un caso hipotético, y desde una moral consecuencialista, donde no liberar a un criminal implica que muchas vidas se pueden perder, lo correcto sería soltar al criminal si es que el nùmero de vidas perdidas fuera menor al número de vidas que se perderían si el criminal estuviera detenido (evidentemente ese mismo acto no podría sostenerse desde una moral deontológica). Este argumento consecuencialista que sostienen López Obrador y sus seguidores, afirmando de forma a priori que se perderán menos vidas al liberar al capo.
Pero el argumento ignora el contexto que creó ese escenario. El contexto es aquel en el que el gobierno decidió atrapar a un capo sin medir bien las consecuencias y con una estrategia terriblemente ineficiente. Es decir: tuvimos que liberar al capo porque, a consecuencia de nuestro operativo deficiente, nos vimos en desventaja y eso nos orilló a soltar a Ovidio. Aquí, ya con el contexto incluido, podemos ver que el gobierno es responsable de lo sucedido, ya que los propios actos del gobierno derivaron en la liberación de un criminal previamente atrapado, lo cual envía un terrible mensaje.
También se puede entender este acto desde otra perspectiva: Si el gobierno no hubiera hecho el operativo sabiendo que estaba en desventaja, se habrían evitado los más de 8 muertos que hubo. Entonces, si bien la decisión de liberar a Ovidio tuvo como fin salvar vidas (o al menos eso nos dicen), la decisión de llevar a cabo el operativo no tuvo esa consideración (esto lo retomaré más adelante).
Ahora, si el argumento de AMLO y los suyos es consecuencialista, entonces desde el mismo consecuencialismo podríamos ponerlo en cuestión. Evidentemente, de no soltarlo, se habrían perdido más vidas que las que se perdieron ese día; pero se puede dar el caso que este grave error y este terrible mensaje mandado fortalezca no solo al Cartel de Sinaloa, sino a los otros y al mismo crimen y, a la larga, provoque más muertes que las que habría provocado la detención de Ovidio. Entonces no hay forma de asegurar de forma categórica que ese hecho por sí mismo haya sido la mejor decisión. La moral deontológica, por su parte, nos hubiera prohibido liberar al capo, ya que ese acto (liberar a un delincuente que debería estar en prisión) es moralmente erróneo porque va en contra del trato que esperaríamos que se diera a un delincuente.
2.- ANTES DE CRITICAR, TIENES QUE VER LOS GRISES Y LOS MATICES. LA POLÍTICA NO ES FUTBOL.
Es curioso, porque yo soy alguien que suele promover la idea de contextualizar y analizar la complejidad de los fenómenos en vez de tomar posturas superficiales binarias y maniqueas. Pero cuando se habla de “ver los grises” no se está diciendo que todos los eventos “son grises”, ello nos abocaría a un relativismo brutal sin salida. Lo que se sugiere es más bien que un evento tiene una posición en una escala de grises y que para juzgar esa posición hay que analizar las variables por las que está compuesta ese evento que se está juzgando, con lo cual siempre existe la posibilidad de que un evento sea gris, pero de igual forma, la posibilidad de que ese evento sea “negro o blanco” también existe.
En este contexto, el argumento es tramposo porque en el fondo lo que busca no es que se analice dicho evento en su complejidad, sino que dicho evento reciba una crítica más condescendiente o incluso se desarme relativizándola. Pero sucede que hay casos en que, habiendo analizando los matices, podemos concluir que debemos hacer una crítica lapidaria. Y creo que este es el caso de Culiacán. Es muy evidente que el operativo fue muy deficiente, y es evidente el terrible mensaje que manda el gobierno de López Obrador.
3.- ESTE GOBIERNO ES DIFERENTE, PORQUE BUSCA LA PAZ Y NO BUSCA SOLUCIONAR EL PROBLEMA ATRAPANDO CAPOS COMO HACÍAN LOS “GOBIERNOS NEOLIBERALES”.
Este argumento se ha repetido una y otra vez en las redes sociales, pero es fácilmente desmontable: sucede que el fin del operativo era ¡atrapar a un capo!
Tampoco vimos siquiera una postura más “pacífica”. Lo que vimos fue a un gobierno débil e ineficiente. No es lo mismo ser débil que ser pacífico. Un gobierno pacífico busca acabar con la violencia, pero sabe que habrá casos en que el ejercicio de la violencia, de la cual el Estado tiene el monopolio (por más paradójico que suene), será necesaria para combatir la violencia misma. Si una persona amenaza con quitarme la vida, una autoridad pacífica usaría la violencia legal para evitar que yo sea víctima de la violencia del delincuente. Una autoridad que no intervenga sería una autoridad débil, displicente, que no está cumpliendo con su trabajo y que debido a su pusilanimidad estará generando más violencia porque no habrá quien pare a los violentos.
Vimos solo a un gobierno débil e ineficiente ejecutar un operativo que trajo como resultado algunos muertos y que fue un rotundo fracaso. Ciro Gómez Leyva se equivoca al decir que fue un estadista al liberar a Ovidio. Lo único que hizo con esa decisión es evitar que su error tuviera más consecuencias (tomando como consideración lo que dije en el primer punto).
4.- HAY QUE EVITAR “DAÑOS COLATERALES” COMO EN LA GUERRA DE CALDERÓN. LA 4T NO VA A ARRIESGAR VIDAS.
Al gobierno de Felipe Calderón se le señaló una y otra vez por los daños colaterales de la guerra contra el narco que lanzó su gobierno, pero los muertos en Culiacán fueron también daños colaterales de un operativo que fracasó. Podemos cuestionar las estrategias lanzadas por el gobierno de Calderón, pero lo cierto es que en este caso, la estrategia trajo no solo daños colaterales, sino que estuvo pésimamente diseñada, pésimamente ejecutada, fracasó, y lanzó un mensaje muy peligroso.
La 4T arriesgó vidas debido a su inoperancia. Se decidió liberar al Chapo para no hacer más grande el error que ha habían cometido y que ha había costado algunas vidas (sea por imprudencia o ignorancia, que es todavía más preocupante). Capos que han sido detenidos en México son muchos, ello implica que el conocimiento procedural no debería ser escaso, y creo que cualquier gobierno debería saber que meterse a Culiacán (centro neurálgico del Cártel de Sinaloa) que tiene presencia internacional no es cualquier cosa.
5.- EL PRIAN NOS DEJÓ UN COCHINERO.
Este argumento se repite una y otra vez en muchos temas, y este no es la excepción.
Sí, los gobiernos pasados no le dejaron a la 4T un México seguro. La inseguridad se fue agravando durante el sexenio de Peña Nieto. Pero esta realidad no tiene relación alguna con la ineficiencia del operativo ejecutado por la presente administración.
También ha habido otros eventos que explican por sí mismos que la estrategia de este gobierno contra la inseguridad fue muy deficiente. Hemos visto como pobladores y delincuentes han faltado al respeto a la Guardia Nacional, la cual a veces se percibe casi sometida. Hemos visto que los argumentos de López Obrador con respecto al combate al crimen denotan debilidad y displicencia: el “fuchi guácala”, el “vamos a acusarlos con sus mamás”.
Que le dejaron un cochinero es una realidad, que la estrategia de este gobierno para limpiarlo ha sido muy contraproducente e incluso lo ha agravado hasta la fecha, es también una realidad innegable.
CONCLUSIÓN
En resumen, no hay argumento racional desde el cual se sostenga que AMLO hizo bien las cosas. Peor aún, no vimos un atisbo de autocrítica ni se percibe que este gobierno vaya a dar un giro en una estrategia que está dejando muchísimas dudas.