Grupo Hidalgo, la verdadera mafia del poder.


Por Jorge Montejo.

La corrupción política se refiere al mal uso del poder público para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente de forma secreta y privada. 

Todos los tipos de gobierno son susceptibles de corrupción política. Las formas de corrupción varían, pero las más comunes son el uso ilegítimo de información privilegiada y el patrocinio; además de los sobornos, el tráfico de influencias, las extorsiones, los fraudes, la malversación, la prevaricación, el caciquismo, el compadrazgo, la cooptación, el nepotismo, la impunidad, y el despotismo. 

En este orden de ideas, podemos decir que las administraciones de los últimos exgobernadores priistas de Hidalgo, reúnen todos los elementos y formas de corrupción que pueden existir. Tráfico de influencias, cacicazgos, desvíos de recursos, pobreza, enriquecimiento inexplicable, la estafa maestra, Odebrecht, los desvíos en el NAIM, Ayotzinapa, y "el Huachicol", al ser Hidalgo la entidad federativa que cuenta con el mayor número de tomas clandestinas del país, olvidadas y toleradas desde las altas esferas del poder.

En efecto, el grupo Hidalgo en los últimos años ha estado inmiscuido en casi todos los escándalos de corrupción que han salido a la luz pública. Desde su fundación en 1869 por el Presidente Juárez, en aras de restarle poder al Estado de México para fortalecer a la capital de la República, el Estado de Hidalgo ha sido un bastión del centralismo. Prueba de ello es que desde la creación del PNR y que se convirtió después en el PRI, todos los gobernadores han pertenecido a tal partido. Esto, más que representar un progreso y desarrollo armónico y equitativo para la población ha significado el fortalecimiento de una caramilla política corrupta cuyo resultado es la enorme desigualdad entre pequeños sectores y el grueso de la población, con algunas zonas como el norte del valle del Mezquital cuya pobreza extrema es evidente. 

El enriquecimiento desmedido de los encomenderos y después de los hacendados, gracias fundamentalmente a la vasta riqueza minera de la región, dió una perfecta continuidad con la actual casta de burócratas dispuestos a todo: compra de votos, crímenes, fraudes electorales, confabulación con los cárteles, la compra de partidos de oposición, etcétera, con tal de preservar su inagotable fuente de riqueza y sin necesidad de dar cuentas a nadie. 

El Grupo Hidalgo, es la verdadera "mafia" que sostiene a la corrupción en este país, es el ejemplo viviente de este mal que no deja avanzar a México, ya que casi todos los exgobernadores emanados de ese partido han salido multimillonarios a costa de la pobreza del pueblo hidalguense, son el ejemplo de lo que debe combatir el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ante un cacicazgo de casi 100 años de priismo y miseria que nos mantiene en la impunidad. 

Por eso, no debemos olvidar a la hora de votar que los políticos de Grupo Hidalgo son la delincuencia organizada que tanto daño le ha hecho a Hidalgo y México, ya que es lo último que queda de esa camarilla de delincuentes que se enriquecieron a costa del sufrimiento del pueblo.