Por Daniel Olivares
Escritor y Poeta.
- En el estado de Hidalgo, noventa años de más de lo mismo y su tricolor panorama dominante son en verdad poco más que demasiado.
- Pese a algunas cifras maquilladas seguimos en el fondo de los índices de pobreza.
- Pese a otras cifras maquilladas seguimos en el fondo de los índices de marginación.
- Existe evidente corrupción en cuanto a la asignación de las obras públicas.
- Es evidente la ineficiencia en cuanto a la ejecución de casi todos los programas estatales y las susodichas obras públicas.
- Existe ostensible impunidad en cuanto a los casi siempre lamentables efectos que tales resultados suelen ofrecer.
- Por otra parte (y por todas partes) se sigue acumulando violencia siempre en ascenso
- Frente a ello las autoridades (?) como tarea prioritaria apenas y se ocupan en ocultarla lo más rápidamente posible.
- Pese al verde-ecologismo del principal satélite electoral en el Estado, el deterioro de nuestro ambiente (paisaje) y recursos naturales se erige ya como asignatura más que perentoria.
- El desarrollo poblacional (y sobre todo el urbano) es del todo desordenado.
- Ligado con lo mismo hay basura por cada metro de nuestros caminos y carreteras (y literalmente en todo lugar), sin ningún programa concreto que se ocupe de hacer algo al respecto.
- Efectos de todo lo anterior pasan del todo inadvertidos también por la azulturquesa o más bien gris otra mejilla de la facción en el poder, sin ningún avance en cuanto al despunte educativo, pese a sus tan publicitados reformones.
- ¿Dónde están los aportes de la ciencia y la tecnología para la solución de todas las urgentes problemáticas y la puesta en marcha de un desarrollo sustentable.
- La brecha entre ricos más ricos y pobres más pobres, a su vez, ampliamente se ensacha.
- La demagogia de los tres poderes de gobierno parece ser la única actividad “productiva” que crece y se desarrolla con envidiable éxito por estos lares.
- ¿Será que todo esto pasa porque políticos y funcionarios no saben ver ni escuchar, y tampoco entienden que no entienden?
Lo eminentemente cultural merece reseñar puntos aparte:
- No se aprecia un programa integral de cultura encabezado por la autoridad estatal y ello no pareciera tener la menor importancia.
- Los pocos aciertos se logran al colgarse de los programas nacionales (que tampoco son muchos o muy exitosos).
- La actividad cultural se salva, como siempre, gracias al empuje de particulares y colectivos que deben mendigar dádivas de los presuntos funcionarios culturales.
- Tales dádivas (por supuesto) son otorgadas casi siempre amparadas no frente al talento sino mediante el amiguismo o el influyentismo.
- Los susodichos funcionarios culturales resultan más ausentes o del todo inexistentes entre más alejadas de la capital o de la cabecera municipal se encuentren las comunidades.
- Allá a lo lejos el folclorismo sigue siendo (si acaso) la tónica dominante.
- Más aún, incluso en la capital se sigue confundiendo cultura con entretenimiento, y éste último con mera diversión.
- Se confunde además casi toda actividad cultural con remedo de palestra política.
- Luego entonces, tales actividades si acaso son tribuna para que funcionarios, candidatos y sobre todo funcionarios recién ascendidos acudan meramente a tomarse la foto o a espantar al público son sus populacheros y aburridos discursos.
- Un nutrido discurso entre lo local y lo estatal; lo estatal y lo nacional; lo nacional y lo universal siguen siendo una cada vez más lejana utopía.
- Dado todo el panorama anterior, los desiertos culturales en Hidalgo son de las pocas cosas que ampliamente se desarrollan y se agrandan por doquier.
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Daniel Olivares Viniegra, nació en Tehuetlán, Hidalgo, el 3 de enero de 1963. Poeta y narrador. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas y la maestría en Literatura Iberoamericana en la FFyL de la UNAM. Ha sido profesor de la SEP, el Colegio de Bachilleres, la Escuela Nacional Preparatoria y la UAM. Colaborador de Blanco Móvil, Calambur, Descritura, El Alebrije.net, El Nacional, El Nuevo Gráfico, El Sol de México, Periódico de Poesía, Tierra Adentro y Visor, entre otras publicaciones. Pertenece al comité editorial de la revista El comité 1973 y es coeditor del proyecto Humo Sólido. Primer Premio en el Tercer Concurso Internacional de Poesía Navachiste 1995. Su obra ha sido incluida en diversas antologías, entre ellas: Del silencio hacia la luz: Mapa poético de México, Ediciones Zur/Catarsis Literaria El Drenaje, 1998; Encuentro Internacional de Poetas de Zamora, compilada por Roberto Reséndiz Carmona, Cultura, Arte y Tradición AC/González Bonilla/UPN/UNIVA/ITES/UNIVER, 2016; Poetas Siglo XXI: Antología de la Poesía Mundial, compilada por Fernando Sabido Sánchez, 2016.