Pocas personas dejan una huella en la vida de sus congéneres, pocas personas invitan a ser emuladas, pocas personas evocan siempre un gran respeto, pero el Licenciado José Rubén Licona Rivemar fue y será uno de ellos.
Se tituló como Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y fue en su alma mater donde impartió la cátedra de Criminología durante más de veinte años, marcando a innumerables generaciones con su probidad, su carácter jovial y sus conocimientos.
Hombre de gran y aguda inteligencia, fue Presidente de la Barra Mexicana Colegio de Abogados del Estado de Hidalgo y posteriormente Secretario General de Gobierno durante el primer y segundo periodo de la administración del Licenciado Jorge Rojo Lugo.
Jurista innato, fue Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Hidalgo en la administración del gobernador José Luis Suárez Molina, convirtiéndose en el Presidente más joven que ha tenido esa Honorable Institución, a la edad de 29 años; su excelente desempeño lo llevó a ser nombrado por segunda ocasión Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Hidalgo durante la administración del gobernador Adolfo Lugo Verduzco, quien posteriormente lo designó Procurador General de Justicia del Estado de Hidalgo.
Fue, además, único integrante togado de la Academia Nacional de Ciencias Penales, así como Notario Público Titular de la ciudad de Pachuca de Soto, Hidalgo por más de veinticinco años.
Su nombre siempre traerá a la mente la imagen de la excelencia, el recuerdo de un elocuente orador, un inmejorable negociador, ávido lector lleno de anécdotas curiosas, presto a escuchar, dar consejo y ayudar a las personas; un hombre que no merece más que un sincero reconocimiento, la más profunda admiración y un lugar destacado en la historia de nuestra entidad, que él mismo forjó con sus acciones, un hombre al que siempre le guardaremos agradecimiento.