Por Jorge Montejo.
La gran mayoría de los hidalguenses saben que la familia Rojo-Lugo, fue punta de lanza dentro de la política en Hidalgo, los ex gobernadores que emanaron del Grupo Huichapan impulsaron a muchos políticos que en la actualidad continúan en el poder.
Al iniciar su travesía, a Jorge Rojo Lugo le tocó un momento de convulsión en el Estado de Hidalgo, accedió a la gubernatura gracias a la caída del ex gobernador Otoniel Miranda a los 28 días de haber tomado posesión, lo cual generó que existiera desestabilización política en todos los grupos y fuerzas políticas por la desaparición de poderes declarada por el Senado de la República.
Para solucionar la inestabilidad social que existía, Jorge Rojo Lugo dialogó con los grupos inconformes; logró la unidad de todas las fuerzas políticas y esa labor de entendimiento permaneció por muchos sexenios en Hidalgo.
Hoy en día, sucede algo similar pero en otras latitudes, al Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, le conviene re-unir a todas las fuerzas políticas del estado, ya que la candidatura del PRI a la presidencia de la república esta en juego, e Hidalgo necesita dar una buena impresión ante los ojos del país.
Quizás en estos momentos a Osorio Chong le convenga utilizar la estrategia de Rojo Lugo, ejercer una política de entendimiento entre fuerzas políticas, para que en el estado de Hidalgo exista calma en los próximos años, ya que los reflectores de la elección presidencial de 2018 estarán puestos en tierras hidalguenses y José Antonio Rojo García de Alba posee un perfil limpio dentro de un PRI que pierde credibilidad aceleradamente.
Asimismo, es importante mencionarse que Jorge Rojo Lugo (jefe de la política hidalguense por muchos años) fue muy respetuoso e institucional en todos los procesos internos del tricolor en los que participó dando su consejo, y ahora las encuestas de diversos medios, han colocado a su hijo José Antonio dentro de los primeros lugares para convertirse en candidato a gobernador en Hidalgo.