Es en los momentos complejos y difíciles cuando más se necesitan líderes políticos que ejerzan su función con la máxima responsabilidad. Recordaremos cómo el mundo occidental comenzó una época de espectacular progreso posteriormente a la Segunda Guerra Mundial, gracias al liderazgo de políticos como Roosevelt, Truman, Churchill, Adenauer o De Gaulle. Independientemente de su signo político, tenían el reconocimiento de gran parte de los ciudadanos del mundo, al encarnar una serie de valores necesarios en aquel tiempo, como el coraje, el sacrificio o el esfuerzo que permitieron superar con rapidez una dura crisis de posguerra.
Lo anterior en México no existe, los políticos mexicanos no gozan del reconocimiento de los ciudadanos, cuando más necesitamos de liderazgo político en el país, en los Estados o en los municipios para salir de la crisis, nos encontramos que, según las encuestas, los ciudadanos situamos a nuestros representantes en el más bajo nivel de aprobación social. Esta pérdida de confianza y de imagen no es fruto del azar, tiene nombres propios. Se debe a los comportamientos que muchos políticos han mostrado con sus representados.
Sin embargo, no podemos pedirle peras al olmo, en una sociedad en decadencia como la nuestra, según Michelangelo Bovero, los mejores elementos de la misma son excluidos por los peores elementos a la fuerza para conformar una organización gubernativa controlada y dirigida por gobernantes ignorantes, matones electoreros, bandas y camarillas sagaces sin escrúpulos. Me parece que esto sucede en Hidalgo, contamos con una kakistocracia, somos gobernados por una clase política de muy bajo nivel en donde los ebrios del pasado se convierten en gobernantes del futuro.
Por lo anterior es importante mencionarse que la política ha dejado de ser la ciencia de las ciencias, nuestros políticos le están heredando a los jóvenes una sociedad moralmente destruida y esta situación se refleja en los sectores juveniles de los partidos políticos, el escándalo de la “Lady Cassim" y los comentarios de varios pseudo líderes priístas sobre lo sucedido en Ayotzinapa, evidencio el estado de putrefacción en el que se encuentran las estructuras al interior del Revolucionario Institucional en Hidalgo, las cuales son premiadas por su populismo y no por sus aportes a la sociedad.
Para la mayoría de los hidalguenses, las acciones de ciertos sectores del PRI al organizar eventos superfluos, chocan con el discurso de modernización del Partido Revolucionario Institucional que su Presidente Manlio Fabio Beltrones quiere reflejar, algunos actos demuestran que el PRI no cambiará, que nuestros políticos saben muy poco de valores, posiblemente porque no trabajan por vocación y compromiso con los ciudadanos, porque no actúan con responsabilidad social; lo hacen desde una visión ideológica, partidista, con tintes políticos y atendiendo intereses personales.
Sin embargo, detrás del populismo y las apariencias del PRI, los dirigentes de este partido no se han percatado que con lo de la casa blanca, Ayotzinapa, el Chapo y la crisis económica, les espera una elección sumamente complicada en algunas regiones del estado, por lo que la fuga de talentos que existe al interior del revolucionario institucional complicará la situación, toda vez que los pocos políticos honorables que militan en ese instituto político y que tienen la capacidad para recomponer la crisis de credibilidad que enfrenta el Revolucionario Institucional, están en la banca o han renunciado a su militancia como es el caso de Julio Menchaca Salazar.
En efecto estimado lector, la renuncia del ex presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Hidalgo, evidencio la crisis de talentos que enfrenta el PRI al interior de sus filas, ya que las personas más preparadas, con una mejor imagen pública se encuentran en la sociedad civil, mientras que dentro del tricolor permanecen los mismos políticos corruptos, sin preparación, sin talento, que solo buscan el poder por el poder y que fueron estratégicamente colocados ahí durante el sexenio pasado, para bloquear a los pocos políticos honorables que tiene ese instituto político.
Sin embargo, detrás del populismo y las apariencias del PRI, los dirigentes de este partido no se han percatado que con lo de la casa blanca, Ayotzinapa, el Chapo y la crisis económica, les espera una elección sumamente complicada en algunas regiones del estado, por lo que la fuga de talentos que existe al interior del revolucionario institucional complicará la situación, toda vez que los pocos políticos honorables que militan en ese instituto político y que tienen la capacidad para recomponer la crisis de credibilidad que enfrenta el Revolucionario Institucional, están en la banca o han renunciado a su militancia como es el caso de Julio Menchaca Salazar.
En efecto estimado lector, la renuncia del ex presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Hidalgo, evidencio la crisis de talentos que enfrenta el PRI al interior de sus filas, ya que las personas más preparadas, con una mejor imagen pública se encuentran en la sociedad civil, mientras que dentro del tricolor permanecen los mismos políticos corruptos, sin preparación, sin talento, que solo buscan el poder por el poder y que fueron estratégicamente colocados ahí durante el sexenio pasado, para bloquear a los pocos políticos honorables que tiene ese instituto político.