Editorial.
Después de los constantes fracasos del Partido Revolucionario Institucional en cuanto a elecciones (en las que visiblemente la principal fuerza política ha perdido poder), hay quienes señalan que el PRI, necesita cambios urgentemente, ya que dentro poco tiempo la Presidencia del tricolor quedara acéfala y diversas encuentas han señalado que el presidente Enrique Peña Nieto se encuentra en su nivel más bajo aceptación, tan sólo el 34% de la ciudadanía y el 15% de los líderes de opinión aprueban su mandato, lo cual significa que su gobierno va en caida libre y se encuentra arrastrando al fondo del abismo al Revolucionario Institucional.
Ante la próxima renovación de la presidencia del tricolor, mucho se ha dicho sobre los posibles candidatos a ocupar el cargo aunque los nombres más sonados son el de Aurelio Nuño Mayer, uno de los consentidos del Presidente y Miguel Ángel Osorio Chong, la mano derecha de Enrique Peña Nieto, destacando a este último por su gran oficio político, independientemente de que algunos priistas quieren a Manlio Fabio Beltrones, un hombre con gran experiencia.
En las cloacas de los pinos los comentarios no se han hecho esperar, ya que hay quienes dicen que el nuevo dirigente del PRI “debe ser un rostro joven”, para que pueda dar nuevas ideas a ese partido lleno de “dinosaurios y babysaurios”, quienes lo único que han hecho a través de los años ha sido dañar la imagen y reputación del tricolor, la cual desde hace mucho tiempo ha caído por los suelos, ya que aunque este partido gane elecciones, la realidad es que lo hace con corrupción.
Por otro lado, diversos analistas han señalado que para cambiar el destino del país el principal paso es cambiar la cara de los partidos políticos que gobiernan y revertir los grandes errores cometidos en el pasado, como son el alto grado de corrupción que existe, por lo que ante esta situación Andrés Manuel López Obrador ha señalado que se le debe poner un monumento a los priistas por mover a México a la quiebra.
Es importante mencionarse que el PRI, es uno de los partidos que a la fecha tiene un problema severo con la sociedad, el cual se traduce en la desconfianza y hartazgo del pueblo que ha dejado de creer en las promesas vacías de un partido vacío y sin nada que ofrecerle a la ciudadanía, ya que gracias a las políticas privatizadoras de este gobierno, el Partido Revolucionario Institucional, dejo de ser un partido de centro, para convertirse en un partido de derecha que solo cuida los intereses económicos de los políticos empresariales.
Para las próximas elecciones de 2018, hay quienes ya se perfilan como candidatos presidenciales, pero lo cierto es que antes de pensar en futuras elecciones, los militantes del PRI deben encargarse de poner al frente de su partido a una persona capaz que le cambie el chip al Partido Revolucionario Institucional.