Por Miguel Ángel Serna Ortega
Investigador Histórico.
Nació en Huichapan, Hgo., en 1760. De humilde cuna, a temprana edad se dedicaba a la herrería, debido a lo cual conocía a varias personas de importancia en su región, y hasta conocía las inquietudes libertarias que se tramaban en Querétaro, y simpatizaba con ellas.
Fue Capitán del "Regimiento de Tula". En 1810, al descubrirse la conspiración el 15 de septiembre, tuvo que huir, pues eran conocidas sus ideas. Ante ello, el virrey envió al Gral. Cruz a perseguirlo, pero no pudo darle alcance. En plenitud de la lucha por la independencia, el 9 de octubre del mismo año se declaró en armas contra el gobierno virreynal, y se apoderó del real de Zimapán y, con el cura Correa, en poco tiempo se adueñó de Ixmiquilpan, Convirtió a Zimapán en su reducto.
Don Miguel Hidalgo lo nombró Jefe del Movimiento Revolucionario en su región, y desde entonces hostilizó incansablemente a los realistas, sorprendiéndolos y obteniendo resonantes historias. Junto con su hijo José María, atacaba guarniciones realistas, asaltaba regimientos pequeños, interceptaba convoyes que transportaban bienes con destino a México, Querétaro y San Luis Potosí e iban a dar en beneficio de la independencia; y creaba problemas a los realistas que tuvieron una gran dificultad para combatirlo, pues cuando iban a darle alcance fuerzas superiores a las suyas, el conocimiento del escenario le permitían desaparecer, desesperando a sus seguidores.
En mayo de 1812 junto con otros jefes emprendió una expedición sobre Tulancingo, pero fue rechazado y tuvo que retirarse con muchas pérdidas. En la serranía de Zimapán se hacía llamar "Julián I, Emperador de la Huaxteca", y en la moneda circulante hizo poner su revalidación con el sello Villa/Gran.
En mayo de 1813 defendía Zimapán cuando los Generales Monsalve, Cruz, Flores y Casasola atacaron a Huichapan, que estaba defendida por su hijo José María. Derrotadas las fuerzas insurgentes, su hijo quedó en poder de Monsalve, que lo retuvo para informar a don Julián que si se presentaba con su gente, él y su hijo serían indultados, lo cual no aceptó y fue ejecutado José María. Se cuenta que al conocer esa situación, expresó estas palabras: "¡Que lo fusilen!... Mujeres hay muchas para tener hijos... ¡Patria sólo tengo una!".
Derrotó en el cerro de La Rinconada a los realistas, cuando éstos lo perseguían; intentó apoderarse de Huichapan y Zimapán sin lograrlo pues estaban bien protegidas. El 30 de mayo de 1813, en un intento por exterminarlo el virrey envió a Huichapan a los Generales realistas Ordónez, Monsalve Cruz, Casasola y Domingo Claverino, quienes llegaron al siguiente día y no pudieron aprehenderlo. Nuevamente los había burlado ocultándose.
No fue sino hasta el 13 de junio del mismo año cuando fue capturado, debido a que sus tenientes de mayor confianza, Antonio Trejo y Casimiro Gómez, se había separado; y más por la traición de uno de los suyos llamado Felipe Maya lo delató. Fue aprehendido en San Juan Amajaque, cerca de Zimapán, por el realista Rufo Palacios.
El Gral. Casasola lo condujo a Huichapan y fue sometido a un fingido proceso en el que fue sentenciado a muerte, por orden del virrey Calleja fue fusilado el 21 de junio de 1813. A su cadáver le cortaron la cabeza y "para escarmiento de los insurgentes" colgada de un garfio, fue expuesta, pendiente del extremo de una viga, en uno de los ángulos de la pequeña capilla de San Mateo, donde ya estaba la de su hijo José María.
En agosto de 1812, en plena lucha libertaria, don Ignacio López Rayón expidió títulos de Teniente General a don Julián Villagrán, y de Mariscal de Campo a su hijo José María; y se sometieron a tal superioridad por algún tiempo, en que a él informaban del resultado de sus intervenciones por la causa; pero, inconformes de tal situación, el 22 de octubre de 1812 los Villagrán se le sublevaron, desobedeciéndolo y actuando con indiferencia a sus ordenamientos; y el 21 de diciembre del mismo año, abiertamente se le declararon en contra, aprehendieron y dando muerte al Mariscal de Campo Ignacio Martínez, que había sido comisionado por Rayón para actuar en la región de Zacatlán, Puebla.
A partir de entonces actuaron según su criterio y se ha dicho que su crueldad no tenía límites para con sus enemigos. Nuestra Historia Patria guarda en sus páginas una discusión respecto a la personalidad de los Villagrán, pues mientras hay quienes sostienen que sus afanes eran egocentristas solamente, también hay quienes señalan, en su defensa, la prontitud en su iniciación en la lucha por nuestra independencia, el daño que siempre hicieron a los realistas, la ira con que éstos terminaron con sus vidas. Asimismo se argumenta ante quienes señalan sus errores y crueldad, que en plena guerra y contra un enemigo nada noble, se antojan poco necesarias las virtudes de magnanimidad y bondad.