“Si el voto de ustedes nos favorece, comprometemos nuestra palabra de llevar a la entidad por los más altos niveles de prosperidad, su calidad de vida tendrá otra perspectiva, llevaremos al gobierno acciones para que se alcancen salarios más dignos sobre todo trataremos de que la falta de empleos no venga a la baja; todo lo contrario, buscaremos crear más fuentes de trabajo, por lo que los mexicanos deben tener fe absoluta en nosotros”.
El párrafo anterior es el mismo cuento de los políticos mexicanos en cada elección; sin embargo, la realidad es muy diferente, cuando los candidatos logran su propósito, como por encanto se les olvida todo menos una cosa, luchar por mejorar: la política social y al pueblo, se le ve pobre y mísero. Olvidan que la ciudadanía se encuentra en extrema pobreza; se olvidan de su voto tan útil y lo dejan abandonado a su suerte.
El párrafo anterior es el mismo cuento de los políticos mexicanos en cada elección; sin embargo, la realidad es muy diferente, cuando los candidatos logran su propósito, como por encanto se les olvida todo menos una cosa, luchar por mejorar: la política social y al pueblo, se le ve pobre y mísero. Olvidan que la ciudadanía se encuentra en extrema pobreza; se olvidan de su voto tan útil y lo dejan abandonado a su suerte.
Todo y hasta lo que prometieron lo entierran con miles de paladas de tierra. Siempre sucede lo mismo, llevamos más de 80 años con la misma canción, los pobres mexicanos seguirán sumergidos en el pantano de la pobreza, todo por la compra de su voto, el cual se convertirá en pura ilusión y promesas de campaña no cumplidas.
Los partidos ya están ansiosos para regalar despensas, bultos de cemento, varillas, tarjetas Soriana y televisores para mantener al pueblo sumergido en la ignorancia, mientras en la vida real los más pobres continuarán viviendo con la tercera parte del salario mínimo, comiendo lo elementalmente básico que es la tortilla y el chile para sus tres alimentos como siempre ha sucedido en nuestro país.
El acceso a la educación y la salud es pura ilusión, promesas de campaña que nunca serán cumplidas.
El acceso a la educación y la salud es pura ilusión, promesas de campaña que nunca serán cumplidas.