MARCOS DICE HASTA SIEMPRE

"No importa lo que está detrás de la máscara, sino lo que simboliza” 

Por Jorge Montejo
Analista Político

De cualquier forma tenía que morir y lo hizo como es su costumbre, con un comunicado y un acto de ilusionismo. Así tenía que ser, morir cuando ya era necesario para renacer y recrearse como lo ha hecho en los últimos 20 años en los cuales ha sido la imagen del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y ahora lo seguirá siendo, aunque le haya agregado a su nombre de Marcos el de Galeano.

A partir del 2006, quizá desde su última gira por todo el país, la figura y el papel de portavoz el subcomandante Marcos ya mostraba un desgaste natural tras muchas batallas mediáticas y políticas en las cuales él era la principal figura del movimiento indígena.

Desde aquel comunicado que lo hizo famoso con el lema de “todos somos Marcos” el representante del EZLN centró en sí mismo todo el movimiento rebelde y nadie pudo quitárselo a pesar de que había otras figuras mestizas importantes, como Fernando Yáñez, fundador del grupo guerrillero desde 1969 junto con su hermano César, ambos de Monterrey.

El mismo subcomandante se definió así mismo como: “Marcos es gay en San Francisco, negro en Sudáfrica, asiático en Europa, chicano en San Ysidro, anarquista en España, palestino en Israel, indígena en las calles de San Cristóbal, chavo banda en Neza, rockero en CU, judío en la Alemania nazi, ombudsman en la Sedena, feminista en los partidos políticos, comunista en la posguerra fría, preso en Cintalapa, pacifista en Bosnia, mapuche en los Andes, maestro de la CNTE, artista sin galería ni portafolios, ama de casa un sábado por la noche en cualquier colonia de cualquier ciudad de cualquier México, guerrillero en el México de fin del siglo XX, huelguista en la CTM, reportero de nota de relleno en interiores, machista en el movimiento feminista, mujer sola en el Metro a las 10 p.m., jubilado en plantón en el Zócalo, campesino sin tierra, editor marginal, obrero desempleado, médico sin plaza, estudiante inconforme, disidente en el neoliberalismo, escritor sin libros ni lectores, y, es seguro, zapatista en el sureste mexicano”.

En diciembre de 2007 Marcos había anunciado su retiro de la escena pública “por un buen tiempo”. Desde entonces sus apariciones han sido muy escasas. En enero de 2014 los zapatistas celebraron los 20 años del levantamiento armado con una serie de actos a puertas abiertas. Marcos no asistió. La ausencia de la figura más mediática del movimiento dio fuerza a los rumores que se escuchan desde hace mucho tiempo: la salud del subcomandante es muy delicada. Él ahora lo ha desmentido.

“Ni estoy ni he estado enfermo. Ni estoy ni he estado muerto”, dejó claro el guerrillero. “Si alentamos esos rumores fue porque así convenía”, admitió Marcos, que apareció con un parche de pirata sobre el ojo derecho. El mensaje leído ante medios alternativos es una larga reflexión sobre los veinte años de zapatismo y el papel que él ha jugado a través del tiempo. “El SupMarcos pasó de ser un vocero a ser un distractor… si me permiten definir a Marcos el personaje entonces diría sin titubear que fue una botarga, un holograma”, ironizó.

Es importante mencionarse que en repetidas ocasiones, el gobierno, ha intentado reducir a los zapatistas no sólo militarmente, sino también a través de los medios de comunicación de paga, ya que durante los gobiernos de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderon, el Estado emprendió una campaña mediática millonaria, para desprestigiar la imagen del Subcomandante Insurgente Marcos, argumentando que este personaje tiene vínculos con Carlos Salinas de Gortari, lo cual es una estrategia que siempre utilizan los políticos para desgastar a sus oponentes y manipular mentalmente al pueblo.

El retorno del encapuchado no es gratuito. Alza la voz un par de semanas después de que la violencia sacudiera la vida de los zapatistas. Estuvo acompañado de la plana mayor del EZLN en una ceremonia en homenaje a Galeano donde el subcomandante Moisés fue el orador principal.

El pasado dos de mayo José Luis Solís, Galeano, murió en una reyerta entre militantes del EZLN y un grupo de paramilitares. Solís había adoptado su apodo del escritor uruguayo Eduardo Galeano y era un histórico zapatista que tomó dos municipios en el levantamiento armado de 1994. Desde hace varios años se dedicaba a dar clases en La Escuelita, el proyecto de adoctrinamiento del EZLN para los niños de las zonas insurgentes.

Marcos lució un crespón en honor de Galeano. “Al asesinarlo a él o a cualquiera de los zapatistas los de arriba querían asesinar al EZLN”, señaló. “Pensamos que es necesario que uno de nosotros muera para que Galeano viva… Así que hemos decidido que Marcos deje de existir hoy”, ha dicho. El último guerrillero mexicano del Siglo XX murió a las 02:08 en “el frente de combate suroriental". Esta misma madrugada nació el subcomandante Insurgente Galeano, todo un dotado en el arte de la retórica.