Por Miguel Ángel Serna Ortega
Investigador Histórico
Continuando con el recordatorio de algunos de los héroes apoyados por el pueblo, de la gesta histórica del 5 de mayo de 1862 en Puebla, poco mencionados en las brillantes ceremonias del 5 de mayo, sirva esta, como un humilde homenaje en el aniversario de la batalla del 5 de mayo de 1862, en Puebla de Zaragoza.
Felipe B. Berriozábal, nació en Zacatecas en 1829, huérfano a temprana edad, lucho mucho buscando superarse y con ese objetivo se trasladó a México, logrando inscribirse en la escuela nacional de ingenieros pero abandono sus estudios para combatir a los norteamericanos durante la guerra con Estados Unidos en 1846-1847, como teniente.
Al concluir la guerra, Berriozábal, regresó a sus estudios titulándose en 1849, ejerció su profesión de ingeniero, elaborando los planos de los estados de México y Tlaxcala, también participo con trabajos para desecar el Lago Lerma, hizo las obras que evitaron las inundaciones de Toluca, con aguas del nevado y forjó los límites entre los estados de México y Michoacán.
Afiliados al partido liberal, y en la revolución de Ayutla, ocupo la Plaza de Toluca y luego la defendió contra Piélago y Miramón (1856), estuvo en el ataque a la Ciudad de México (1858), participo en las batallas de Cala Manda y el Ahorcado (1859), también estuvo en la acción de Tacubaya en abril de 1859.
En 1861, defendió Toluca, contra los conservadores Buitrón y Neri, en diciembre de 1859, a febrero de 1862, ocupo tres veces la gubernatura provisional del Estado de México, mientras ejercía la jefatura de las operaciones militares.
En 1862, combatió a los franceses en las Cumbres de Acultzingo, (abril) y los rechazó en el fuerte de Guadalupe (5 de mayo) y frente a Orizaba el 14 de junio.
Durante el sito de Puebla en 1863, defendió el convento de San Agustín, pero cayó prisionero de los invasores cuando estos tomaron la plaza. Logró fugarse y se presentó ante el Presidente Juárez de quien fue ministro de guerra y marina el 26 de mayo al 18 de agosto de 1863, el 30 de octubre de ese año, se hizo cargo del gobierno de Michoacán.
Pero ante la proximidad del ejército franco-mexicano, puso a salvo los archivos públicos, dio las bases para la organización de las guerrillas y el 24 de noviembre declaro capital a Uruapan, mientras durará la guerra, el 31 de marzo de 1864, reunió al gobierno y se retiró a Monterrey, para reunirse y ponerse a las órdenes del presidente Juárez, fue comandante militar de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, y combatió a los imperiales tras el triunfo de la república.
En 1876, fue ministro de guerra en el gabinete del presidente José María Iglesias, del 31 de octubre al 24 de diciembre de 1876. Reconciliado con el presidente Porfirio Díaz, aceptó dirigir el ministerio de gobierno del 21 de enero al 30 de noviembre de 1895.
Volvió a ser ministro de guerra y marina del 20 de marzo de 1896 al 8 de enero de 1900, fecha de su fallecimiento en la Ciudad de México, D.F., a la edad de 71 años.
Sus restos descansan en “La Rotonda de los Hombres Ilustres”, en su honor su apellido le fue dado al municipio de Coacalco de Berriozábal en el Estado de México.
Después de recordar la trayectoria de este ilustre mexicano, como podemos ver, siempre estuvo a las órdenes de su patria, para defenderla y honrarla, y si hubiera sido necesaria hasta con su sangre, como lo demostró en las diferentes batallas en las que participo, defendiendo nuestro suelo patrio.
Honor y gloria a los hombres y mujeres que en diferentes etapas de la historia de México, dieron su vida en aras de nuestra libertad y soberanía.