EE.UU. Detrás de la Abdicación de Juan Carlos de Borbón
Por María Gil
Analista Político
El rey Juan Carlos de Borbón abdicó este lunes 2 de junio al trono de España y se iniciará el proceso para transmitir la corona al príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, anunció la semana pasada el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy.
Juan Carlos fue proclamado Rey de España el 22 de noviembre de 1975, tras la muerte del dictador Francisco Franco. Fue el 22 de julio de 1969 que fue propuesto sucesor de Franco a título de rey en virtud de la ley de Sucesión de la Jefatura de Estado de 1947.
El rey Juan Carlos fue, en los últimos años del franquismo y durante la transición, “el mejor informador de EE.UU.” en busca del respaldo de Washington, según revela el diario español Público con base en lo revelado en cables diplomáticos cedidos por WikiLeaks.
El entonces príncipe de España informó a Washington, con lujo de detalles, sobre la crisis cardiaca que sufrió el dictador Francisco Franco el 16 de octubre de 1975 y que lo puso al borde de la muerte, al tiempo que pidió ayuda a Wells Stabler —embajador de EE.UU. en Madrid entre 1975 y 1978— para conseguir que el dictador firmara la renuncia antes de fallecer pese a que en 1969 lo había designado como sucesor, revela el diario español.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Henry Kissinger, prohibió rotundamente a Stabler que intercediera para evitar que se le relacionara con el intento de derrocar al dictador, aunque sí preparó toda una lista de mensajes de condolencia y de felicitaciones al príncipe que, un mes más tarde, necesitaría tras la muerte de Franco.
Los cables también muestran que EE.UU. estaba dispuesto a apoyar a Juan Carlos rumbo a la democratización para evitar que “los comunistas y los extremistas de todos los colores jugaran un papel determinante”.
“El interés de EE.UU. reside en empujar a Juan Carlos a que dé un giro gradual, pero de manera decidida y no demasiado lenta, hacia la democratización. Debemos darle el apoyo que él claramente está pidiendo a EE.UU.”, expresó Stabler, a lo que Kissinger respondió que Washington “jugará un papel estabilizador y de apoyo”.
No obstante, la información publicada sugiere que dicho respaldo no era gratuito. “Si Juan Carlos pensó en algún momento que Washington estaría de su lado porque le preocupaba la democratización de España pecaba de ingenuo”, destaca el diario, subrayando que a finales de 1975 vencía el acuerdo sobre las bases militares estadounidenses en España. “Si España no formaba parte de la Alianza, a lo que se oponía la mayor parte de los países precisamente por ser una dictadura, entonces los marines tendrían que hacer las maletas”.
Por esto, las políticas de Juan Carlos “abrían una puerta vital” para EE.UU., que podría convencer más fácilmente a sus aliados de la OTAN de “la necesidad imperiosa de acoger a España por ser la puerta al Mediterráneo”.