Por Julio Gálvez
Twitter: @juliogalvezb
Nada teme el hombre más que ser tocado por lo desconocido, solamente inmerso en la masa, puede liberarse de ese temor. Elías Canetti.
Estudios sobre ciencias políticas han comprobado que los políticos, con la finalidad de obtener mayores cuotas de control sobre los ciudadanos, utilizan distractores como misión creep, es decir, a través de estos ocultan sus verdaderos objetivos, dispersan temor dentro de la masa para lograr manipularla mentalmente. Ejemplo de lo anterior lo podemos encontrar en los hechos ocurridos el 11 de septiembre de 2001, cuando derribaron las torres gemelas en Nueva York, esta catástrofe legitimo a los Estados Unidos de América, para iniciar una guerra por el petróleo contra países supuestamente “terroristas” que permitió la reelección de Gorge W. Bush como presidente de ese país.
La doctrina del shock, consiste en causarle un impacto psicológico a la población a través de un hecho que desestabilice a la masa con el fin de distraerla de otras problemáticas de mayor relevancia. Sembrando miedo dentro de la sociedad nuestros políticos logran cumplir sus metas y objetivos mientras la ciudadanía se encuentra mentalmente manipulada por factores que distraen su atención de lo verdaderamente importante.
Hoy en día, aprovechándose del control mental que la Iglesia ejerce sobre los mexicanos, nuestros políticos aprobaron la reforma energética en pleno día de la Virgen de Guadalupe, para evitar reacciones en contra. Es decir, utilizaron la doctrina del shock para ocultar lo que parecía inevitable, la apertura del sector energético a la iniciativa privada.
En efecto, a pesar de que el 40% del presupuesto provenía de las ventas de PEMEX, nuestros políticos optaron por abrir el sector energético a la inversión extranjera y ahora las ganancias serán para las petroleras transnacionales que extraigan el crudo sin control alguno, abriéndose de esta forma un boquete financiero que solo podrá ser rellenado a través de la creación de más impuestos.
Es lamentable el grado de manipulación mental al que hemos llegado en México, en una sociedad teledirigida como la nuestra, la religión, la educación pública y los medios de comunicación, influyen de forma determinante en las decisiones de una población con índices alarmantes de analfabetismo. Al sistema le conviene bombardear a la opinión pública con información polémica, para desviar la atención de los ciudadanos de los temas trascendentes para nuestro país.
México, atraviesa por un momento de descontrol, parece ser que las libertades que los mexicanos hemos ganado a través de los años, hoy en día, están en juego, los maestros de la manipulación mental han vuelto o quizás nunca se fueron, pero es un hecho que no dejarán que los ciudadanos se recuperen del shock informativo en el que se encuentra nuestro país, ya que de esta forma, mientras nos encontramos inmersos en la polémica mediática, las cúpulas del poder cumplirán sus objetivos sin reacción alguna.
Los mexicanos debemos hacer conciencia, nuevas formas de manipulación mental han surgido, el exceso de información que el gobierno ha generado a través de los medios de comunicación juega un papel muy importante en la estrategia de dominación priísta. Los políticos le entregaron a los Estados Unidos el petróleo de los mexicanos, utilizando un discurso que argumentaba la modernización del país, cuando en realidad sucederá lo contrario, hemos dado un paso al pasado, esta historia ya la vivimos.
Los ciudadanos debemos despertar de este shock mediático ocasionado por los políticos, en México la democracia no existe, los líderes de oposición han sido fabricados por el mismo gobierno con la intención de controlar a las masas inconformes, todo sistema autoritario necesita de un contrapeso que le de legitimidad a sus acciones, debido a que en las cúpulas no hay partidos, solo intereses.
La apatía que se respira en las calles ante los problemas nacionales se debe a la desilusión del pueblo mexicano por la existencia de líderes falsos. Si nadie hizo nada ante la aprobación de la reforma energética es porque el pueblo se encuentra en estado de shock, la ciudadanía fue controlada por personas como Andrés Manuel López Obrador, quién solo fue una pieza más del ajedrez priísta, redujo la presión de la olla express, para después enfermarse y desilusionar a los inconformes. Todo estuvo planeado, en política nada es casualidad.
Los políticos y los medios institucionales de comunicación, han demostrado que no son la solución a nuestros problemas, no debemos dejar que nos manipulen mentalmente a través del exceso de información, las nuevas generaciones deben hacer conciencia de que a nuestros gobernantes les conviene mantenernos dominados a través del miedo, el futuro de este país dependerá de la capacidad de reacción que tengamos como sociedad. México es uno, no lo pueden dividir, a la mente se le puede engañar pero al corazón de miles de mexicanos dolidos con su patria nunca.
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Por Julio Alejandro Gálvez Bautista, Especialista en Derecho Civil, Maestro en Derecho Procesal Constitucional y Candidato a Doctor en Derecho por la Universidad Panamericana; ha enfocado su trabajo en temas sobre Derecho Constitucional, Derechos Humanos, Derechos Sociales, Derecho a la Información y Reforma Gubernamental / www.juliogalvez.com