Por Armando Nieto
Twitter: @ArMaNdevil
“Hoy en día las escuelas fabrican alumnos tan nulos que fracasan hasta en los exámenes de orina.”- Alejandro Jodorowsky
Pasan los años y cada vez uno se comienza a percatar que la educación en nuestro país cada vez va de mal en peor, esto no tan sólo recae en las instituciones educativas, no tan sólo recae en las instituciones políticas, sino que también recae en las instituciones familiares. Y es en este rubro donde nadie quiere o se aventura a reparar, y es debido a que el mexicano tiene la extraña y singular costumbre de adjudicarle sus problemas a otras personas, dicho de otra manera y de manera muy coloquial en nuestro país; “aventamos la bolita”, y sobre todo se tiene la extraña creencia que todo los males de nuestro país, son debido y ocasionados por nuestros gobiernos, ¡cuando somos nosotros mismos los que los elegimos!, ya lo diría aquella frase inmortalizada de José de Maistre: “cada pueblo tiene el gobierno que merece”, frase que lleva una verdad ineludible, ya sea para bien o para mal.
Regresando al tema que nos concierne sobre la educación en México, las instituciones familiares tienen tiene un gran peso en la educación de los niños y jóvenes de nuestro país, ya que desde el hogar se empieza a edificar la educación de una persona, son nuestros padres, hermanos, amigos y familiares los que nos muestran y enseñan tal rubro, es nuestro hogar donde se tiene que empezar con el habito de la lectura, es nuestro hogar donde se tiene que empezar por inculcar valores, es por nuestro hogar donde se tiene que brindar una enseñanza día a día. No se puede esperar que todo lo enseñen las escuelas y/o universidades, estas si bien tienen tal facultad no son un imperativo para tal hecho.
Es una pena que en nuestro país el mexicano promedio lea 2.9 libros al año, cuando países como España leen aproximadamente entre 7 y 8 al año, y lo peor del caso es que de esos casi 3 libros, son de superación personal o temas relacionados con el crimen organizado o narcotráfico, de esto podemos inferir que el mexicano es un soñador inseguro donde el camino al éxito es la delincuencia.
El segundo rubro es el gobierno, donde este tiene el deber constante de desarrollar e implementar políticas educativas, no tan sólo que se queden en discursos demagógicos o enunciados de buenas intenciones, sino que sean, veraces y reales y factibles de realización tales políticas, donde dicho gobierno no debe de dejarse amedrentar e intimidar por una minoría que sólo busca el bien económico de unos cuantos agremiados, que acosta de sus objetivos la educación impartida por estos, es nula y si se brinda la calidad de dicha educación es mediocre, lastimosa y en algunos casos risible. Todo esto bien podría y puede repercutir en el futuro de nuevas generaciones, y por ende, en el futuro de nuestro país sino se pone un alto y se hace algo al respecto.