En memoria de Julio José Gálvez Mendez,
Columna que se reproduce y que fue publicada el 07 de marzo de 1999
La política, ha gozado de mala fama, debido a las acciones de muchos improvisados, como arribistas, los que solo lucran con ella, priístas suplican "guardar identidad para evitarse problemas y no tener ninguna oportunidad, ya de por si, han sido relegados por los tristemente famosos": dejados por internet, o por computación y el "cuatísmo", en los últimos tiempos ha llegado gente aventurera que ve al humilde como el más acérrimo enemigo de los pobres, a los que hay la obligación de tenderles la mano, a los ricos o poderosos han visto como sobra, "cerillos se disputan para encenderles ya sea el cigarrillo o el puro" o para llevarles el tehuacán o el whisky, el coñac o la champaña, en cambio al pobre se le golpea.
Afortunadamente, en este pequeño lapso, solo nos queda esperar para que nuestras próximas elecciones sean justas y que nuestros próximos diputados locales sean elegidos a través del voto y no del "dedo blindado" y que sean hombres o mujeres inteligentes y por lo tanto con sensibilidad e imaginación para que verdaderamente ayuden al pobre pueblo hidalguense, para que en un futuro sea la humildad lo que los mueva y no como dice la sociedad que: "ya debe acabar el paisaje con sentido lucrativo y elitista de muchos políticos, que han visto en esta noble profesión, la manera de hacerse ricos de la noche a la mañana, eso si no se vuelven millonarios".
Sus gestiones deben ser convergentes no divergentes, por lo que la ciudadanía espera que la política tenga más propósitos nobles, "y aunque la oposición cada vez se hace más fuerte" una vez en el poder todos son iguales lo único que les importa es el lucro de estar dentro de los poderosos y la repartida del pastel, esa que año con año es más jugosa.
El pobre pueblo esta cansado de lo mismo de siempre, puras obras y propuestas de relumbrón que ya no los convence ni siquiera un poquito, para casi todos los hidalguenses en estos tiempos en los que ya no alcanza ni para mal comer solo les queda la esperanza de votar en las próximas elecciones para diputados locales, para que estos luchen por el bienestar de cada uno de los ciudadanos que cada vez se hunden mas en la miseria.