Editorial
El pasado 21 de diciembre, el Subcomandante
Marcos reapareció en la escena pública a través de un
comunicado firmado desde las montañas del sureste mexicano luego de que miles
de indígenas zapatistas marcharon desde la madrugada en varios municipios de
Chiapas que tomaron en 1994.
“¿Escucharon? Es el sonido de su mundo
derrumbándose. Es el del nuestro resurgiendo. El día que fue, era noche. Y
noche será el día que será el día”, señala el comunicado firmado por el
Subcomandante Marcos.
El EZLN escogió el día en que inicia una nueva era, el 13 Baktún según la cuenta larga con que los antiguos mayas contaban el tiempo, para hacer una demostración de que sigue vigente su demanda de “democracia, libertad y justicia”, señala el documento.
De igual forma, más de 40 mil Indigenas desfilaron silenciosamente recordando el levantamiento armado del ejército zapatista en el año de 1994. Procedentes de los cinco caracoles zapatistas en los altos, la selva lacandona y la zona norte, los pueblos Mayas en rebeldía (Tzeltales, Tzotziles, Choles, Tojolabales y Mam) y Zoques de Chiapas ocuparon las plazas centrales de Ocosingo, San Cristóbal de las Casas, Palenque, Altamirano y las Margaritas. En cada caso, en completo silencio, teniendo presente su gran lucha.
No
estuvo presente el Subcomandante Marcos, y desfilaron sin armas, y únicamente con sus dos
banderas la nacional y la
zapatista (negra con una estrella roja al centro y las siglas EZLN), recordando
el movimiento del año de 1994, cuando
hicieron el rechazo por el Tratado de libre comercio (TLC).
Desde
mayo de 2011, las bases de apoyo del EZLN no se manifestaban, pero hoy volvieron a salir, recordando que le
dan su apoyo a las víctimas de la guerra contra el narcotráfico integradas en
el movimiento por la paz con justicia y dignidad.
Tambien recordaron a Sub-Comandante Marcos y fueron
recibidos con aplausos y vivas.
La mayor
movilización se dio en San Cristóbal de las casas donde llegaron alrededor de
20 mil indígenas de la zona de los altos, quienes fueron recibidos con aplausos
y vivas, permanecieron por
espacio de tres horas, frente al
edificio del Ayuntamiento que hace 19
años tomaron con las armas al declararle la guerra al gobierno mexicano.
En esta ocasión la acción fue pacífica, y lo
único que habló fueron los puños en
alto de todos los zapatistas, que desfilaron
ordenadamente sobre un templete que instalaron ex
profeso, sin detenerse, sólo levantando el puño izquierda.